viernes, 30 de septiembre de 2011

COMO LOS PÁJAROS

Esta semana viajé con mis alumnos a las cataratas del Iguazú, una de las más grandes maravillas del mundo natural.
Tiene múltiples saltos, pero en la “Garganta del Diablo” las aguas se precipitan desde una altura de 80 metros, con un estruendo poderoso que puede escucharse a kilómetros de distancia. El espectáculo fue aún mayor porque el caudal había aumentado tanto que, después de pasar nosotros, cerraron los accesos por seguridad.
Parado allí fui consciente de mi pequeñez y fragilidad. Daba miedo mirar hacia abajo por la furia de las aguas, que caían en incansable tropel
¡Qué poca cosa es el hombre frente a estos portentos de la naturaleza!
Sin embargo, pude ver al mismo tiempo una gran cantidad de pajaritos, volando con tranquila seguridad entre las fumarolas formadas por el agua que caía. Le pregunté a mi guía que aves eran aquellas, y me dijo que se llamaban vencejos. Me sorprendió encontrarlo en el mismo logotipo del parque, y quise saber algo más de tan singular criatura y de como hacía para volar en medio de las cataratas.
Este frágil animalito -denominado “vencejo de cascada”-, ha resuelto el problema de evitar a los depredadores construyendo el nido en un lugar de imposible acceso: la pared de roca detrás de la cascada. Para ello no sólo necesita tener unas buenas uñas y un gran equilibrio, sino también la fuerza y habilidad necesarias para poder atravesar volando la potente cortina de agua que cae en las cataratas del Iguazú.
Vino entonces a mi mente este maravilloso texto de Lucas, que nos recuerda que la misma protección, fortaleza y habilidad que ha dado a estas sus criaturas más pequeñitas está disponible también para los incrédulos seres humanos.
“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos”. Lucas 12:6,7
El amante cuidado del Creador es capaz de sustentar el vuelo de los vencejos y proporcionarles comida y un lugar seguro donde anidar.
¿Qué no hará entonces por aquellos por quienes murió en la cruz?
“Cuando apreciamos la verdad,... tenemos un sentido de la gran misericordia y benevolencia de Dios. Mientras repasamos, no los capítulos oscuros de nuestra vida, para quejamos, sino las manifestaciones de su gran misericordia, amor infalible y poder, manifestados en nuestra liberación, alabaremos mucho más antes que quejarnos. Hablaremos del amante cuidado de Dios, del Pastor verdadero, tierno y compasivo de su rebaño, que nadie podrá arrebatar de su mano, como él ha declarado. El lenguaje del corazón no será egoísta ni descontento, sino que manifestará alabanzas, como claros manantiales... Alabemos a Dios aquí en la tierra” (Carta 138, 1897).
Algo que admiro de los pajaritos es que siempre están cantando, ya sea en momentos de paz como en medio de la tormenta; con alimento o sin él; al levantarse y al ocaso. Admirable lección para los corazones tristes y deprimidos de tantos seres humanos doblegados por las cargas de la vida.
¿Lo alabas tu?
Cantemos pues, aún teniendo que atravesar las turbulentas aguas de la aflicción. Hagámoslo con la seguridad de que el Todopoderoso hacedor de los vencejos es plenamente suficiente para ayudarnos también a nosotros a atravesarlas y encontrar seguro refugio en la Roca que se encuentra tras las aguas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

SE FUERTE EN SU GRACIA


“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. 2ª Timoteo 2:1-2.
Las lecciones contenidas en las palabras de Pablo a Timoteo son de importancia vital para nosotros. "Esfuérzate", le exhorta. ¿En su propia sabiduría? No, sino "en la gracia que es en Cristo Jesús". La persona que decida seguir a Cristo no dependerá de sus propias capacidades ni tendrá confianza en sí misma. Tampoco permanecerá atrofiada en sus esfuerzos religiosos, no esquivará sus responsabilidades ni se mostrará inactiva en la causa de Dios. Sacará fuerzas de una fuente segura, que nunca desilusiona a los que acuden a ella en busca de poder divino. La exhortación que se nos hace es: "Esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús". Si el cristiano está consciente de su debilidad e incapacidad, al poner su confianza en Dios hallará que la gracia de Cristo es suficiente para cada una de sus emergencias.
El soldado de Cristo tiene que vérselas con muchas tentaciones diferentes. debe resistirlas y vencerlas. Cuanto más encarnizada sea la lucha, tanto mayor será la provisión de gracia para enfrentar la necesidad del alma, y la misma naturaleza de la gracia recibida cambiará la capacidad del siervo de Cristo para conocer a Dios, y a Jesucristo a quien él ha enviado. El alma del creyente experimentará un anhelo intenso de conocer y comprender más acerca de la verdad y la justicia de Cristo. Todos los que avancen en la vida divina desarrollarán una mayor capacidad para buscar la verdad como si fuera un tesoro escondido, y la incorporarán a sus propias almas.
El verdadero cristiano comprenderá lo que significa pasar por conflictos severos y experiencias angustiosas; pero se fortalecerá continuamente en la gracia de Cristo para hacer frente con éxito al enemigo de su alma, quien se vale de los agentes humanos para causar la ruina de los siervos de Cristo. Al pasar por pruebas severas, el seguidor de Cristo comprenderá mejor los caminos de Dios y el plan de redención, y no ignorará las estratagemas del enemigo. A veces las tinieblas envolverán su alma, pero la luz verdadera brillará, y los resplandecientes rayos del Sol de justicia disiparán el abatimiento; y aunque Satanás trate de desanimarlo por todos los medios posibles, presentándole obstáculos en su camino, la gracia de Cristo lo capacitará para ser un testigo fiel de las cosas que ha escuchado del mensajero inspirado por Dios. No desprecia ni descuida el mensaje recibido, sino que comparte su conocimiento con personas fieles, quienes, a su vez, serán capacitadas para enseñar a otros. Al comunicar la luz a otros, el cristiano comprueba la veracidad de las palabras que dicen: "La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Prov. 4: 18).
Extraído del libro "Exaltad a Jesús"  Página 261  

viernes, 23 de septiembre de 2011

CRUZANDO LA LÍNEA

“Se unieron asimismo a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos. Provocaron la ira de Dios con sus obras, y se desarrolló la mortandad entre ellos. Entonces se levantó Finees e hizo juicio, y se detuvo la plaga; y le fue contado por justicia”. Salmos 106:28-31
¿Se justifica matar en nombre de Dios? ¿Puede alguien ser “justificado” por quitar la vida a otras personas?
La respuesta no es sencilla, pero está a nuestro alcance mediante un estudio honesto y desprejuiciado de las Escrituras.
Para aquellos a quienes todavía les cuesta entender al Dios “sanguinario” del Antiguo Testamento, pues les parece cruel que ordenara tales matanzas, quiero referirles la siguiente historia de la Biblia:  
“Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel. Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel. Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor”. Números 25:1-5
Como el falso profeta Balaam no pudo maldecir al pueblo de Israel, intentó hacerlo cruzar la línea por otros medios. Las mujeres madianitas y los moabitas fueron y los invitaron a participar de una fiesta; pronto el convite degeneró en orgía y en adoración idolátrica. Comieron “los sacrificios de los muertos”, bebieron hasta embriagarse, cometieron inmoralidades sexuales -que acompañaban tales cultos-, y adoraron a dioses paganos.  
Esto trajo el desagrado del Señor y ordenó que los responsables fueran ejecutados, y que los que habían participado fueran muertos por sus propios hermanos como una señal de lealtad a Dios. Este juicio sumario era necesario por causa del desenfreno en que habían caído los hijos de Israel.
No conforme con su propia apostasía, uno de ellos avanzó en su rebelión, llevándola  dentro mismo del campamento hebreo. Es que está en la naturaleza misma del pecado extender su infección a cuanto toca.  
“Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión. Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel. Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil”. Números 25:6-9
Como Jesús al limpiar el templo de Jerusalén, y actuando con santo celo por la causa divina, Finees tomó una lanza e hizo justicia. Su acción fue aprobada por Dios y se detuvo la matanza.
“Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él; y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel”. Números 25:10-13
De este texto podemos sacar lo que se nos ocurra, o podemos entenderlo tal como está escrito. Podemos escandalizarnos o podemos aprender. Podemos renegar de Dios o afirmar nuestra fe. 
No obstante, este relato no está allí para justificar el crimen, ni la guerra religiosa, ni la Inquisición o cualquier tipo de violencia que pueda ejercerse invocando el nombre de Dios. El cielo no aprueba ninguna clase de maltrato del hombre por el hombre; el mandamiento de “no matarás” es suficientemente claro en cuanto al valor de la vida.
Lo que sí podemos extraer de este pasaje es que:
  • El pecado produce muerte (Romanos 6:23)
  • La rebelión contra Dios tiene un límite más allá del cual no se le permitirá desarrollarse (Deuteronomio 7:9,10)
  • El Señor tiene la soberanía para ejercer juicio contra el pecador usando el medio que crea conveniente, ya se trate de la naturaleza o de los hombres (Ezequiel 14:21)
  • Si sentimos celo por su causa no permitiremos el avance del mal sin intervenir (Malaquías 3:16)
  • Dios bendice y aprueba la obra de los que son celosos por su causa (Salmos 106:31)
No es que Finees resultó justificado por haber matado. El texto bíblico inicial simplemente dice “le fue contado por justicia” o sea que su intervención fue aprobada por Dios. El que conoce las intenciones del corazón pudo ver en este joven pureza de motivos, y lo bendijo por ello.
Por otra parte, al actuar así, Finees evitó que siguiera la mortandad, salvando la vida de quienes podrían haber sido arrastrados por el ejemplo de los malvados.
Malentienden a Dios los que objetan la inspiración de estos relatos, pero al mismo tiempo se quejan de que no hace nada para detener el avance del mal.
Dios está activo en la historia, manejando los tiempos, las acciones de las naciones y de los individuos. Ha trazado una línea sobre la cual no permitirá que el pecado avance y no dejará sin castigo a quien la cruce.
La humanidad se encuentra hoy en su conjunto al borde de esa línea divisoria. Cuando la haya cruzado renegando de Dios, de su ley y de su gracia, el ángel de la misericordia levantará vuelo para nunca más volver.
Entonces se ejecutará la sentencia: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía” (Apocalipsis 22:11) la gracia habrá cumplido su cometido, y los juicios divinos caerán sobre todos los que se amaron más a sí mismos que a su Creador.
Su destrucción, sin embargo, representará la liberación del pueblo de Dios.
¿De qué lado estarás en aquel gran día?

jueves, 22 de septiembre de 2011

MALAS IMITACIONES

“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”. 2ª Corintios 11:13-15
Una de las más llamativas señales de los tiempos es el avance del espiritismo. No solamente del movimiento que se reconoce bajo ese nombre; sino que aparece en una variedad de formas y adaptado a todos los gustos, infiltrándose incluso dentro de las iglesias cristianas.
Aunque el hombre moderno dice descreer de lo espiritual o sobrenatural, se ata con facilidad a una variedad de prácticas y creencias que tienen su origen en la mentira original: “no moriréis” (Génesis 3:4).
Al igual que la Serpiente Antigua, los modernos impulsores de la causa satánica presentan sus oficios como una forma extraordinaria de “conocimiento espiritual”; en nada diferente de la falsa promesa dada a Adán y Eva de que serían abiertos sus ojos con nuevas y extraordinarias revelaciones, a fin de alcanzar un mayor nivel de conciencia y ser como dioses (vers. 5).
El mismo poder que obró en el Edén siguió extraviando a los hombres a lo largo de la historia, cambiando sus formas, pero manteniendo su esencia engañosa.
Ya en los tiempos apostólicos, el maravilloso poder concedido por el Espíritu fue confrontado con falsificaciones provenientes del Diablo. Para todos los creyentes verdaderos, sin embargo, los frutos de tales manifestaciones muestran a las claras su origen infernal. Satanás puede intentar imitar, pero nunca podrá igualar el poder divino.
La siguiente historia -con final tragicómico-, es un claro ejemplo de que la luz nunca será igual a las tinieblas: “Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús”. Hechos 19:11-17
Milagros, malos espíritus, exorcismos, sanidades...
¿Son estas cosas algo del pasado...?
No solo que persisten hoy, sino que además florecen y van en exponencial aumento.
La ciencia investiga lo llamado “paranormal”; los no religiosos acuden a adivinos, brujos y magos; los supersticiosos buscan refugio en chamanes y hechiceros; el ocultismo y la brujería están de moda entre los ricos y famosos. Entre estos hay charlatanes y embusteros, pero también hay “falsos apóstoles, obreros fraudulentos”; que son auténticos siervos de Satanás. Ambos grupos, no obstante, sirven al mismo amo.
Pero lo más triste es que los que se dicen seguidores de Cristo actúen como los hijos de Esceva. En muchas denominaciones cristianas hay un afán por lo milagroso, por lo espectacular y por lo nuevo, que les lleva a recibir el engaño como si fuera una gran bendición del cielo. Por amor a la notoriedad, por lucro, o por engaño muchos predicadores y líderes religiosos hacen un triste papel y contribuyen con la obra del Engañador Maestro. A estos Señor les dirá en el día final “nunca os conocí” (Mateo 7:23).
¡Tremendo destino!
¿Cuál es la manera de escapar de estos engaños?
Nuestra historia sigue diciendo que: “muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor”. Hechos 19:18-20
La única conducta segura es renunciar a toda práctica que Dios desaprueba. Deberíamos repudiar toda aquello que nos haga más parecidos a los profetas de Baal que al humilde y fiel Elías.
Los frutos del Espíritu (ver Gálatas 5:22, 23) se manifestarán en toda obra aprobada por el cielo. Así también los frutos de la carne se dejarán ver en estos movimientos; que producen mucha excitación pero ninguna conversión verdadera, impresionan los sentidos pero dejan vacío el corazón, prometen superioridad, pero llevan a la perdición eterna.
Que en nuestras vidas e iglesias no penetre nada de ese origen; no importa que se lo llame don espiritual, reavivamiento, nuevo pentecostés, o cualquier otra denominación engañosa. Tengamos cuidado con estos trucos del lenguaje, sutilezas engañosas que nos alejan de la gracia de Cristo. La luz nunca convive con las tinieblas ni Cristo con Belial.
“Los magos de los tiempos paganos tienen su contraparte en los mediums espiritistas, los clarividentes y los adivinos de hoy día. . . Si se descorriera el velo ante nuestros ojos, podríamos ver a los ángeles malignos empleando todas sus artes para engañar y destruir. Dondequiera se ejerce una influencia para inducir a los hombres a olvidar a Dios, está Satanás ejerciendo su poder hechicero” (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 234, 235).
No tengamos nada que ver con estas cosas, ni permitamos que el pueblo de Dios sea engañado por los sutiles agentes del enemigo de las almas -no sea cosa que compartamos su suerte-, pues de ellos se dice que su “fin será conforme a sus obras”. 2ª Corintios 11:15

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CANSANCIO ESPIRITUAL

“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado”. Hebreos 12:3,4
¿A qué se debe que haya tantos cristianos cansados? 
¿Te incluyes en esa categoría?
Quiero aquí cerrar la serie de meditaciones sobre el cansancio. 
Una cosa es el cansancio físico o mental, y otra muy diferente es el cansancio espiritual que afecta nuestra vida de comunión con Dios.
  • -”No me den ningún cargo en la iglesia, me tomo un año sabático porque estoy muy cansado/a” 
  • -“No voy al templo por ahora, necesito tomar unas vacaciones de iglesia”.
Estas frases -o algunas parecidas- las escuché varias veces, y de labios de quienes, en su momento, fueron eficientes y activos miembros de iglesia, pero luego abandonaron el frente de batalla para colocarse en retaguardia.
En el agitado mundo en que vivimos es facil cansarse. Las exigencias y los conflictos cada vez son mayores en todos los rubros de labor. Es casi inevitable para la mayoría llegar al fin de semana con las fuerzas agotadas.
¿Cómo evitarlo?
Según los especialistas, hay varios tipos de fatiga que van desde la simple necesidad de descansar, hasta llegar al desinterés por la vida, a la depresión, o a tener ideas suicidas.
  • Fatiga Pasajera o general:    Aparece al final del día cediendo después de una noche de sueño.
  • Fatiga Aguda: Es consecuencia de un largo periodo de esfuerzo y necesita de una reducción del horario de trabajo, es decir unos días de reposo o de vacaciones.
  • Agotamiento: Es el estadio extremo de la fatiga. Aparece cuando las reservas personales, se agotan tras periodos de trabajo físico o intelectual muy intenso, o bien debido a un accidente.
  • Fatiga crónica: Se relaciona con una situación estresante. No cede al reposo y exige un retorno a un ritmo de vida más equilibrado. En caso de hiperactividad suele existir un problema subyacente del que se huye a través del trabajo.
  • Fatiga Psicológica: Esta unida a problemas afectivos, provenientes de la dificultad para comunicarse o adaptarse al entorno. La ayuda médica y un adecuado apoyo psicológico son necesarios. (Adaptado de: http://www.cuidadodelasalud.com/)
Especialmente cuando llegamos a estos últimos escalones, es cuando estamos en riesgo de sufrir del mayor de los peligros; la “fatiga espiritual”. Su consecuencia más visible es el desánimo y su costo suele ser la pérdida de la vida eterna.
Cuando el desaliento nos invade  y parece que el Señor se olvidó de nosotros; cuando todo se ve negro por delante y ya no nos quedan fuerzas para seguir; es fácil ceder a la idea de arrojar todo por la borda y darnos por vencidos. Muchos son los que dicen: “Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo”. Salmos 61:2
Las citas siguientes también son muy animadoras:
“A todos nos tocan a veces momentos de intensa desilusión y profundo desaliento, días en que nos embarga la tristeza y es difícil creer que Dios sigue siendo el bondadoso benefactor de sus hijos terrenales; días en que las dificultades acosan al alma, en que la muerte parece preferible a la vida. Entonces es cuando muchos pierden su confianza en Dios. . . Si en tales momentos pudiésemos discernir con percepción espiritual el significado de las providencias de Dios, veríamos ángeles que procuran salvarnos de nosotros mismos y luchan para asentar nuestros pies en un fundamento más firme que las colinas eternas; y nuestro ser se compenetraría de una nueva fe y una nueva vida “ (Profetas y Reyes, págs. 117-119).
¿Notaste que necesitamos ser salvados de nosotros mismos?
No son los problemas que nos abruman, sino nuestra propia actitud -nuestras malas decisiones, la autocomplacencia, aquellos hábitos acariciados a los que no queremos renunciar-, la que nos lleva a este lastimoso estado de completo abatimiento espiritual.
A continuación les presento el medicamento divino para esa triste enfermedad: “Para los desalentados hay un remedio seguro en la fe, la oración y el trabajo. La fe y la actividad impartirán una seguridad y una satisfacción que aumentarán de día en día. . . En los días más sombríos, cuando en apariencia hay más peligro, no temáis. Tened fe en Dios. El conoce vuestra necesidad. Tiene toda potestad. Su compasión y amor infinitos son incansables. . . Y otorgará a sus fieles siervos la medida de eficiencia que su necesidad exige” (Profetas y Reyes, págs. 117-119).
Hasta que nuestro amado Señor venga a buscarnos, mi deber y el tuyo será trabajar por su causa, orar y confiar en su providencia.
Cuando piensas que ya luchaste bastante, recuerda el ejemplo de Caleb. Este admirable siervo de Dios había sido de los primeros que pisó la tierra de Canaán; a pesar de su fidelidad le tocaron 40 años en el desierto como a los demás israelitas que no creyeron. Luego de entrar en la tierra prometida, se presenta ante Josué y le dice: “Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años... y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar”. Josué 14:10,11
¡Qué admirable entrega! Con sus 85 años a cuestas todavía estaba con ganas de luchar, y pedía conquistar la parte más difícil.
Su constancia en obedecer la voluntad de Dios y cumplir con las leyes de la salud habían conservado su cuerpo y mente sanos y fuertes, pero solamente porque estaba dispuesto a usarlos para servir a la causa que amaba.
Pero hay un ejemplo superlativamente mayor al de Caleb.
Contémplalo subiendo la cuesta del Calvario; tan agotado que ya no era capaz de cargar su cruz, pero todavía con ánimo para orar por aquellos que lo crucificaban, y para bendecir con la salvación a un arrepentido ladrón. 
Mira a Jesús en su agonía cuando encomendaba su madre a Juan y persistía en confiar en su Padre aun cuando las tinieblas lo envolvían. Considera “a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que... [tu] ánimo no se canse hasta desmayar.”. Hebreos 12:3
Recuerda además el consejo inspirado: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6:9
  • Si tus fuerzas se acabaron, considera a Jesús. Siéntate tranquilo a sus pies y encontrarás allí pleno reposo y nuevas fuerzas para hacer el bien.
  • Si te sientes agotado, confía en el Dios que no se cansa y que conoce la salida de cada problema en que estás metido.
  • Si estás muy cansado, combate tu agotamiento sirviendo a Aquel que no se cansó de trabajar por nosotros, sino que se esforzó al límite de sus fuerzas y sufrió hasta la más horrible muerte a fin de salvarnos.
Que tengas un descansado día en el Señor.

martes, 20 de septiembre de 2011

CRISTO NOS PROMETE REPOSO


"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar". Mateo 11: 28.
Jesús invita a los cansados y abatidos hijos e hijas de Adán para que vengan a él y coloquen sobre él sus pesadas cargas. Pero muchos que oyen esta invitación, si bien suspiran por hallar descanso, insisten en seguir por senderos escabrosos, estrechando sus cargas junto a su corazón. Jesús los ama, y anhela llevar sus cargas, así como a ellos mismos, en sus fuertes brazos. Desea quitar los temores e incertidumbres que les roban la paz y el reposo; pero antes, ellos deben ir a él, y contarle los dolorosos secretos de su corazón. Cristo invita a su pueblo a que le tengan confianza, como prueba de su amor por él. La entrega del corazón humilde y confiado es más preciosa para él que toda la riqueza que el mundo puede dar. Si tan sólo quisieran allegarse a él con la sencillez y confianza que un niño siente al acercarse a sus padres, el divino toque de sus manos los aliviaría de sus cargas.
Jesús, nuestro compasivo Salvador, es el camino, la verdad y la vida. ¿Por qué no habríamos de aceptar su graciosa misericordia, creer sus palabras y promesas, facilitando de este modo nuestra vida?. . . Los caminos de Cristo son placenteros, y todos sus senderos son paz. Si hemos encaminado nuestros pies por senderos escabrosos, y si en nuestro empeño de hacernos tesoros en este mundo nos hemos recargado de pesadas responsabilidades, cambiemos ahora mismo, y sigamos el camino que Jesús ha preparado para nosotros.
No siempre estamos listos para venir a Jesús con nuestras pruebas y dificultades. A veces relatamos libremente nuestros problemas, confiándolos a oídos humanos, y compartimos nuestras aflicciones con los que no pueden ayudarnos, mientras que descuidamos el confiarle todo a Jesús, quien puede cambiar la tristeza en gozo y paz. . . Oh, si todos, pastores y el pueblo, llevaran sus cargas y perplejidades a Jesús, el cual espera para recibirlos, y darles paz y descanso.- Signs of the Times, 17 de marzo, 1887.
La lucha para renunciar a vuestra propia voluntad y a vuestros propios caminos, es terriblemente difícil. Pero una vez que se ha aprendido esa lección, encontraréis descanso y paz. El orgullo, el egoísmo y la ambición deben ser vencidos; vuestra voluntad debe ser absorbida por la voluntad de Cristo. Toda la vida puede llegar a convertirse en un constante sacrificio de amor, cada acción en una manifestación de amor y cada palabra en una expresión de amor. Así como la vida de la vid circula por el tallo y los racimos, desciende hasta las fibras más bajas y llega hasta las hojas más altas, así también la gracia y el amor de Cristo arderán y abundarán en el alma, enviando sus virtudes a cada parte del ser, e impregnarán cada acción del cuerpo y de la mente.- CBA Tomo 5, pág. 1067. 
Meditación del libro "Exaltad a Jesús" Página 271

viernes, 16 de septiembre de 2011

MENTES LLENAS DE LAS PROMESAS DE DIOS

“Con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”. Romanos 10:10.
Según este pasaje, hay algo que creer y también algo que confesar. El corazón debe aceptar primero la verdad como es en Jesús. Este es el fundamento de la verdadera religión. La convicción de pecado comienza entonces a hacerse sentir; el alma enferma de pecado, siente su necesidad de un médico y viene a Jesús de Nazaret en busca de perdón. Alistándose en la guerra contra el enemigo, mira a Jesús en busca de fortaleza para resistir la tentación. persevera velando en oración y escudriña las Escrituras. Las verdades de la Biblia se ven iluminadas por una luz nueva e intensamente interesante, y el Espíritu de Dios le revela su solemne importancia. Estudia la vida de Cristo, y mientras más claramente discierne la pureza inmaculada del carácter del Salvador, menos confianza tiene en su propia justicia; mientras más de cerca y con mayor perseverancia fija su atención en Jesús, menos perfección descubre en sí mismo. Su justicia propia desaparece, y cae, impotente y quebrantado, sobre la roca que es Cristo Jesús. El tentador podrá acosarlo, y ocasionalmente puede sentir desánimo y ser tentado a pensar que Dios no lo aceptará; pero, aceptando implícitamente la Palabra de Dios, y rogando que se cumplan sus seguras promesas, se abre paso a través de las tinieblas hasta salir a la clara luz del amor de Cristo. 
“Con la boca se confiesa para salvación”. Si en verdad el corazón es el depósito de la gracia y el amor de Cristo, estos atributos serán expresados en las palabras y la conducta. El individuo se sentirá constantemente atraído a Cristo. Todos seremos probados; por esto necesitamos la gracia divina, una sólida fe y principios religiosos. Los labios deben ser santificados, para que las palabras pronunciadas sean pocas y bien escogidas.
A menudo, los cristianos profesos hacen recaer sobre sí mismos profunda debilidad espiritual, al concentrar su atención en sus pruebas y quejas. No sólo sus pruebas se magnifican con cada repetición, sino que al permitirse transgredir en este punto particular, se separan inevitablemente de Jesús. Satanás procura atraer su atención hacia ellos mismos, y hacerlos aceptar la idea de que no son apreciados. Comienzan a autocompadecerse y simpatizar consigo mismos, y a perder su confianza en Jesús. Como resultado, caminan separados de Aquel que los invita a echar sus cargas sobre él.   
A los tales deseamos decir: repase lo que Dios ha hecho por usted. Dígale a Satanás que usted no confía en su propia justicia, sino en la de Cristo. Mantenga su mente llena de las preciosas promesas que se hallan en la Biblia, y cuando Satanás venga contra usted con sus numerosos ataques, esgrima contra él el arma que ha provisto la palabra de Dios: “Así esta escrito”. Esto quebrantará su poder y le concederá a usted la victoria.       
Extraído de  www.TheLordLovesYou.com

martes, 13 de septiembre de 2011

CANSANCIO

“Y vino Gedeón al Jordán, y pasó él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, mas todavía persiguiendo”. Jueces 8:4
¿Donde encontrar refugio cuando las fuerzas se han acabado?
¿Cómo “recargar las pilas” cuando ya no quedan energías en el cuerpo ni en la mente?
Palabras como estrés, crispación, angustia, enfermedades sicosomáticas, colapso nervioso, agotamiento extremo y otras de este estilo, forman parte de nuestro vocabulario moderno. 
La gente recurre a pastillas para poder dormir y a pastillas para despertarse; a estimulantes para permanecer alerta y a técnicas para bajar la ansiedad; y a cualquier otro medio a fin de poder continuar en el vértigo de una vida que corre sin freno hacia ninguna parte.
El Señor Jesús al describir nuestros tiempos con mirada profética, anticipó que habría “en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;  desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra”. Lucas 21:25,26
A esta altura del año, yo mismo estoy MUY cansado.
Al estrés natural de la tarea docente se suma la inocultable inquietud, nerviosismo y alteración de mis alumnos; triste producto de una sociedad cada vez mas falta de rumbo. Y eso sin contar con las múltiples cargas del hogar, los problemas de salud de familiares, las pruebas y conflictos con que me enfrento a diario por el solo y gratuito hecho de vivir en este mundo de pecado. Y la lista podría ser más larga...
Se que mis cargas no son superiores a las de la mayoría. No obstante, son las mías, las que me toca cargar, y ante lo que hoy me abruma, me pregunto como seguir -aunque la respuesta ya la conozco-.
El único lugar en que podré encontrar energías para continuar es en la Fuente de Poder disponible en nuestro maravilloso Dios: “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:28-31
¡Qué grandiosas son sus promesas!
¡Qué alivio podemos encontrar en ellas!
¡Nuevas energías, fuerzas renovadas, nuevas motivaciones! Alabado sea su Nombre.
A todos los que se encuentran agobiados por las cargas de la vida, el Señor ofrece: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:28,29
El reposo ofrecido por nuestro Salvador, no consiste en tomar licencia o vacaciones, ni en “escaparse” de los problemas por un tiempo, ni en apartarse de las obligaciones; sino en llevar su yugo.
¿Descansar trabajando? Para algunos es mala noticia. Pero justamente, la manera de encontrar descanso para nuestras almas es refugiarse en Cristo, aprender de su caracter manso y humilde y trabajar arduamente por la salvación de otros.
La paz que se obtiene a su lado nos permitirá seguir luchando como los hombres de Gedeón que luego de luchar exitosamente contra un ejército muy superior a sus fuerzas, prosiguieron “cansados, mas todavía persiguiendo”. Jueces 8:4
Este texto me dio siempre mucho ánimo en momentos de dificultad. Los trescientos guerreros de Gedeón comprendieron que la victoria se les escaparía si abandonaban la lucha después de su victoria inicial y siguieron adelante a pesar del cansancio. No debemos permitir que el cansancio nos impida conseguir el triunfo total que el Señor quiere darnos si solamente podemos continuar un tanto más.
Y no hablo de luchar por lo material, sino por lo que realmente tiene valor. En la justa de la vida el secreto no es aflojar el paso sino saber hacia donde se va.
Debemos detenernos a meditar en nuestros caminos, debemos hacer cambios en nuestra agitada rutina, pero por sobre todo, necesitamos con urgencia ir a los pies de Jesús.
Podemos hacer de su poder nuestro auxilio, de su paciencia nuestra salvaguardia y recibir dominio propio, fortaleza, gozo, paz y entereza ante la adversidad.
Contra la Roca de los Siglos se han estrellado todas las fuerzas del mal sin sacarle ni siquiera un granito ¿Por qué entonces insistir en luchar sin su ayuda? ¿Para qué pelear con nuestras pobres energías si tenemos tal poder a nuestra disposición?
Él nos dice “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5
Libérate hoy del cansancio tomando su yugo.