viernes, 8 de mayo de 2009

ESTUDIO DE LA TRINIDAD EN EGW

Muchos hoy cuestionan la creencia en la Trinidad en la Iglesia Adventista.
Se basan en el supuesto de que es una doctrina pagana tomada de la iglesia católica.
En realidad, con la iglesia católica, los protestantes y los evangélicos compartimos muchas doctrinas, sin que por ello sean heréticas. Solamente son nuestra herencia común.
Tomemos por caso el Padrenuestro. No por que ellos lo recen es el vino de Babilonia.
O incluso el Credo, del que podemos decir que coincidimos casi palabra por palabra (si entendemos correctamente el término católico como universal).
También afirman que los pioneros, inclusive Elena White no creían en la Trinidad. Esto es una distorsión de la realidad. Va como pequeña muestra este material que me gustaría que ampliaran.

Recopilación de citas de Elena G. de White:

1- Sin polémicas, busquemos la unidad

Recordemos que es peligroso dudar. Si se las alimenta, las dudas conducen a la incredulidad. . . Todo nuestro pueblo necesita tratar ahora de recibir el Espíritu Santo. No participemos de discusiones; por el contrario, dejemos a un lado las disensiones y contiendas, y tratemos de contestar la oración que aparece en el capítulo 17 de Juan. Les ruego que oren, con el corazón, el alma y la voz (Carta 58, del 16 de enero de 1906, dirigida a los Hnos. Washburn, Prescott, Daniells y Colcord).

2 - La Trinidad

Antes que los discípulos pasen el umbral, debe imprimirse el sagrado nombre, bautizando a los creyentes en el nombre de los tres poderes del mundo celestial.
La mente humana se impresiona con esta ceremonia, que es el comienzo de la vida cristiana. Significa mucho. La obra de la salvación no es un asunto pequeño, sino tan vasto que las más elevadas autoridades aprenden por la fe expresada por el instrumento humano. La eterna Deidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, está involucrada en la acción requerida para dar seguridad al instrumento humano y unir a todo el cielo para que contribuya al ejercicio de las facultades humanas, a fin de alcanzar la plenitud de los tres poderes para unirlos en la gran obra designada. Uniendo los poderes celestiales con los humanos, los hombres pueden llegar a ser, por medio de la eficacia celestial, partícipes de la naturaleza divina y obreros juntamente con Cristo. Alza tus ojos - Pag. 146 (nótese aquí el uso del singular)

3 - Divinidad de Cristo

Jesús declaró: "Yo soy la resurrección y la vida." En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra. "El que tiene al Hijo, tiene la vida." La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna. El Deseado de Todas las Gentes Pág. 530
"En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". Aquí no se especifica la vida física, sino la vida eterna, la vida que es exclusiva propiedad de Dios. El Verbo, que estaba con Dios y que era Dios, poseía esa vida. La vida física es algo que ha recibido cada individuo. No es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el Dador de la vida. El hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era prestada. Nadie puede arrebatarle esa vida. "Yo de mí mismo la pongo", dijo. "En él estaba la vida": original, no prestada, no derivada de otro. Comentario bíblico adventista, t. 5, pág. 1104.

4- Divinidad del Espíritu Santo

El Consolador que Cristo prometió enviar después de ascender al cielo, es el Espíritu en toda la plenitud de la Divinidad, poniendo de manifiesto el poder de la gracia divina a todos los que reciben a Cristo y creen en él como un Salvador personal. Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre (singular) de estos tres grandes poderes -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo (Special Testimonies, Serie B, Nº 7, págs. 62, 63. Año 1905).