sábado, 21 de noviembre de 2009

UNO CON ÉL


Eres uno con Dios, porque le amas.
¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria,
eres uno con Dios, porque le amas!

Le buscaste en los libros,
le buscaste en los templos,
le buscaste en los astros,

y un día el corazón te dijo, trémulo:
«aquí está», y desde entonces ya sois uno,
ya sois uno los dos, porque le amas.

No podrían separaros
ni el placer de la vida
ni el dolor de la muerte.

En el placer has de mirar su rostro,
en el dolor has de mirar su rostro,
en vida y muerte has de mirar su rostro.

«¡Dios!» dirás en los besos,
dirás «Dios» en los cantos,
dirás «¡Dios!» en los ayes.

Y comprendiendo al fin que es ilusorio
todo pecado (como toda vida),
y que nada de Él puede separarte,
uno con Dios te sentirás por siempre:
uno solo con Dios, porque le amas.

Amado Nervo

ES HORA DE BUSCAR A DIOS

Cuando la vida pierde su brillo.
Cuando el tiempo deja de existir.
Cuando ya no queda esperanza.
Cuando no hay deseo de vivir,
es hora de buscar a Dios.

Cuando las flores no te impresionan.
Cuando no ves la belleza de una mariposa al volar.
Cuando no oyes música en el piar de un pájaro.
Cuando el arco iris no te hace pensar,
es hora de buscar a Dios.

Cuando el alborear no te habla.
Cuando el rayar del día no te hace sonreír.
Cuando el cantar del gallo no te anima.
Cuando el calor del sol no te hace mejor sentir.
es hora de buscar a Dios.

Si te preguntas el por qué.
Si buscas una explicación.
Si la vida no tiene sentido.
Si crees que nadie tiene razón,
es hora de buscar a Dios.

Si el embarazo de una mujer no te dice nada.
Si el nacimiento de un niño no te hace llorar.
Si un "papá dame un beso" no te llega al alma.
Si un nieto no te hace soñar,
es hora de buscar a Dios.

Si el firmamento no te pasma.
Si las estrellas no te vislumbran.
Si la luna no te mira.
Si el universo no te asombra,
es hora de buscar a Dios.

Anónimo