martes, 7 de junio de 2011

EL ANTÍDOTO DE LA APATÍA

"Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego." Rom. 1: 16.
No hay defecto en el plan de Dios para salvar a los hombres.
Si el Evangelio no es poder de Dios para la salvación de cada alma, no se debe a que haya fallado, sino a que los hombres no creen ni reciben en forma práctica la justicia de Cristo... 
Los profesos creyentes no consideran a Cristo su Salvador personal, sino que lo siguen a bastante distancia. Una de las razones de esta carencia de religión personal consiste en que no han sido educados en estos principios vitales.
Otra causa de la apatía y la indiferencia que se manifiesta en nuestras iglesias consiste en que los jóvenes no han sido enseñados con paciencia y perseverancia en cuanto a cómo trabajar como fieles soldados en el ejército de Cristo. . .
Muchos han aceptado la verdad sin cavar profundamente para comprender sus principios fundamentales, y cuando tienen que hacer frente a la oposición se olvidan de los argumentos y las evidencias que les debieran servir de apoyo. En todos debiera grabarse la verdad de que un conocimiento bien cimentado se puede obtener sólo mediante ferviente esfuerzo y energía perseverante. Si las mentes de la gente se sometieran a la disciplina por medio de un cabal escudriñamiento de las Escrituras, habría cientos de conversos a la verdad donde actualmente hay sólo uno...
Muchos son tan ignorantes como los mismos paganos con respecto a cómo puede un pecador acudir a Dios y ser justificado. Su ignorancia no tiene excusa, porque el oráculo inspirado afirma: "La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples" (Sal. 119: 130). "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría" (Prov. 9: 10).
Una experiencia religiosa que no se funda en Cristo y sólo en él, no vale nada. . . Los hombres de gran capacidad intelectual necesitan una presentación clara y bíblica del plan de salvación. Presénteseles la verdad en su sencillez y con su poder. Si esto no les llama la atención ni despierta su interés, nunca se interesarán en las cosas celestiales y divinas. En toda congregación hay almas insatisfechas. Cada sábado necesitan escuchar algo definido acerca de cómo pueden ser salvos y cómo pueden llegar a ser cristianos. Lo más importante que quieren saber es: ¿Cómo puede el pecador justificarse delante de Dios? ( Tomado de: Carta 23 a , del 10 de enero de 1893)
Observación: Esta meditación complementa las entradas anteriores - El subrayado es mío.