sábado, 27 de noviembre de 2010

EL PUNTO DE VISTA DE DIOS III

¡Está todo mal!
Esta expresión resuena en mis oídos a cada paso. La escucho repetidamente en la calle, la oigo de mis interesados, de mis alumnos, de mis allegados; incluso la pronuncié yo mismo muchas veces. Todo el mundo espera alguna salida, alguna esperanza, cada quien con mayor o menor grado de realismo o de ilusión. Los pesimistas la pregonan, los optimistas la resisten, y los que engañan a los crédulos la combaten.
¿Hay alguna esperanza de mejorar?
Les propongo comenzar por el punto de vista humano, para acabar con el punto de vista de Dios.
Después de mirar un poco los noticieros o de leer el diario de hoy, sin duda estarán de acuerdo conmigo en que el mundo marcha muy mal y que las cosas se pondrán peor en el futuro. Esto no es pesimismo sino sentido común.
Cualquiera bien informado puede ver además que las soluciones están lejos, que incluso las acciones más simples para mejorar las cosas no se llevarán a cabo, ya sea por falta de voluntad, por intereses creados o por puro egoísmo.
Los pronósticos para mañana son sombríos basados en lo que se evidencia en los acontecimientos actuales.
Pero lo que el común del mundo no percibe, son los efectos de la corriente subterránea impulsada por el enemigo de nuestras almas que busca entrampar a todos los habitantes de la tierra.
Poderosos engaños se levantan para hacer caer, si fuera posible, incluso a los escogidos. Trata de que los placeres y los afanes de la vida nos aparten de la fe y de la sencilla obediencia a su Palabra. Busca adormecernos con diversiones, huecas vanidades y basura de todo tipo, que obnubila nuestra mente.
La falsa seguridad de muchos, que duermen en la complacencia de los sentidos, será pronto confrontada con una dura y amarga realidad.
Mi escritora cristiana preferida escribió: "Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente la Palabra de Dios" Profetas y reyes, pág. 46
Y agrega: "Sólo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la verdad en sus corazones, serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo. Merced al testimonio bíblico descubrirán al engañador bajo su disfraz... ¿Se sienten los hijos de Dios actualmente bastante firmes en la Palabra divina para no ceder al testimonio de sus sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a la Biblia y a la Biblia sola?" El conflicto de los siglos, pág. 683
En las entradas anteriores vimos que Jesús, contra toda apariencia, se proclamó vencedor en el conflicto con las tinieblas que tuvo lugar durante su juicio, y que si bien parecemos pocos, en realidad somos mayoría. Esto debe proporcionar confianza y esperanza para las pruebas de los días finales.
¿Pero, como sobrevivir en el tiempo que falta?
En sus palabras de despedida, antes de ser crucificado, el Señor les dijo a sus discípulos:"Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla. Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo". Juan 16:16-22
Y agregó como corolario de su discurso las esperanzadoras palabras siguientes: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (vers. 33).
Siempre presentó como cercano el tiempo en que habría de venir al mundo, y lo comparó con una mujer que está de parto. El advenimiento de un niño al mundo está precedido de dolor y coronado por el gozo. No importa cuanto tiempo pase, el punto de vista del Señor es anticipar el gozo del encuentro; no concentrarse en los pasajeros sufrimientos.
Humanamente anticipamos para el futuro sufrimiento, no gozo.
Él anticipa gozo, no sufrimiento.
Pablo escribió refiriéndose a las luchas del cristiano: "porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria". 2 Corintios 4:17
¡Qué bueno es concentrarse en esas palabras: "leve tribulación momentánea".
  • Leve, porque no significa nada si se compara con los sufrimientos de Cristo.
  • Momentánea, porque sin duda pasará, para dar lugar al gozo que no acabará.
Nuestra tarea, mientras avanza la noche de calamidad para el mundo, es conocer al que nos puede dar la única salida, Aquél en quien están centradas las esperanzas de todos los que serán salvos al final: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a tí, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado" Juan 17:3
¿Ansiedad por el futuro?
Desde el punto de vista de Dios falta "un poco", y el dolor, las pruebas y la tristeza de hoy durarán "un poco" más y luego acabarán para siempre.
Podemos exclamar con fe firme: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" Rom.8:35-39