jueves, 31 de diciembre de 2009

Isaías 52

EL MENSAJE ADVENTISTA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Los adventistas del 7º día basamos nuestro mensaje profético en toda la Biblia, tanto en el AT como en el NT. Pero reconocemos que los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14:6-12 son el fundamento de la comprensión de nuestra misión actual.
Entendemos que estos mensajes nos llaman a predicar a todo el mundo el evangelio eterno, el evangelio de la gracia redentora y la justificación por la fe, que incluye tanto la adoración al Creador como la restauración del mensaje del sábado. Nos advierte que Babilonia ha caído y que no debemos adorar a la bestia escatológica ni a su imagen, que representan la unión de la iglesia con el estado para imponerse sobre las conciencias de los hombres. El Apocalipsis también nos advierte que la última de las 7 iglesias, la de Laodicea, se aplica al tibio pueblo de Dios del tiempo del fin.
Pero, aun si no existiera el Apocalipsis o todo el Nuevo Testamento, podríamos tener la misma fe y las mismas doctrinas, contando con el respaldo  del Antiguo Testamento. Hay allí cientos de textos que nos muestran que, efectivamente, el mensaje que predicamos es "el evangelio eterno".
En el pasaje siguiente que se encuentra en Isaías 52 podemos encontrar estos elementos mencionados:
¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, que los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti. ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén! ¡Levántate, vuelve al trono! ¡Libérate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión! Porque así dice el Señor omnipotente: «En tiempos pasados, mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí; en estos últimos tiempos, Asiria los ha oprimido sin razón.» Y ahora —afirma el Señor—, ¿qué estoy haciendo aquí? Sin motivo se han llevado a mi pueblo; sus gobernantes se mofan de él. No hay un solo momento en que mi nombre no lo blasfemen Por eso mi pueblo conocerá mi nombre, y en aquel día sabrán que yo soy quien dice: "¡Aquí estoy!" » ¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»! ¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz, y juntos gritan de alegría, porque ven con sus propios ojos que el Señor vuelve a Sión. Ruinas de Jerusalén, ¡prorrumpan juntas en canciones de alegría! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ¡ha redimido a Jerusalén! El Señor desnudará su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios. Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro! Porque así dice el Señor: «Ustedes fueron vendidos por nada, y sin dinero serán redimidos.» Pero no tendrán que apresurarse ni salir huyendo, porque el Señor marchará a la cabeza; ¡el Dios de Israel les cubrirá la espalda! Isaías 52:1-12 NVI
Aparecen aquí cuatro ideas fundamentales y cuatro exhortaciones.
Veamos las cuatro primeras:
  • La redención es gratuita: Se anuncia aquí el evangelio de la gracia. "De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados". Isaías 52:1-3 RVA
  • Saber o conocer el nombre de Dios significa comprender su voluntad y confiar en él:  Dios siempre tuvo y todavía tiene un remanente elegido por gracia que vive por la fe en su nombre. Como en los días de Isaías, el nombre de Dios es blasfemado y como entonces, el se revelará y actuará por medio de "mi pueblo (que) conocerá mi nombre" Isaías 52:4-6.
  • Debemos publicar que Dios reina: Se nos llama a predicar el evangelio del juicio previo al advenimiento que concluirá con nuestra liberación, cuando Dios reine efectivamente sobre toda su creación. "!Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: !Tu Dios reina!... porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido". Isaías 52:7-9 RVA
  • Salir de Babilonia implica purificación: La obra de la preparación para su venida, incluye la separación del mundo y la remoción de todo pecado conocido de nuestras vidas. "Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová. Isaías 52:10-12 RVA
Cuatro exhortaciones aparecen como imperativos en el texto correspondiente de la Nueva Versión Internacional:
  1. Despierta: ¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder!
  2. Libérate: ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén! ¡Levántate, vuelve al trono! ¡Libérate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión!
  3. Predica: ¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»
  4. Purifícate: Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí!  ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro!
Como creyentes en la segunda venida de Jesús, debemos despertarnos a la hora que se avecina, debemos liberarnos por su gracia del pecado que nos asedia, debemos predicar el evangelio sin importar el costo y permitir que el Espíritu nos santifique por completo.
¡Maranatha!