viernes, 12 de febrero de 2010

DESALIENTO

Como el viajero de la parábola del buen samaritano, todos nosotros hemos sido asaltados y despojados por el diablo, dejándonos sin ánimo para seguir y con heridas profundas y sangrantes, agonizando al borde del camino de la vida.
Nuestro enemigo no solo tiene asaltos mortales. También logra sus propósitos cuando nos induce a desanimarnos. A lo largo de nuestra existencia siempre encontraremos motivos, válidos o no, para desalentarnos. El desánimo es una poderosa arma del Adversario para hacernos perder el rumbo en nuestra vida espiritual al hacer que apartemos los ojos de Jesús. Nuestra visión se nubla y perdemos de vista al Invisible pero siempre presente Protector de nuestras almas; entonces la fe naufraga y pensamos que estamos solos para luchar, cuando a nuestro lado hay ayuda más que suficiente para vencer.
Les propongo analizar siete bendiciones que el gran ladrón del desánimo desea quitarnos y las promesas divinas aplicables a cada situación en particular.

Motivos de desalientoRemedios
Sin certeza - Isaías 64:5
"Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos?"
Debemos fijar la vista en Jesús, no en nosotros mismos, como lo hizo Moisés, que "por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible". Hebreos 11:27


Sin alegría - Malaquías 3:14
"Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?"
Cuando sintamos que nuestro pecado nos marchita el alma, busquemos a Dios porque: "en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre" Salmos 16:11
Sin esperanza - Ezequiel 37:11
"Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos".
Aunque parezca que ya no hay salida posible, "mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió". Hebreos 10:23
Sin respuesta - Salmos 69:3
"Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios".
Cuando nuestras oraciones no tengan contestación aparente, recordemos su promesa: "me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré". Salmos 91:15
Sin poder - Jueces 6:13
"Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas".
En la adversidad o el desastre, estemos seguros de su compañía y echemos mano de la promesa: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti". Isaías 49:15
Sin fuerzas - Nehemías 4:10
"Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro".
Aunque debilitados, "los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Isaías 40:31
Sin ganas de vivir - 1 Reyes 19:4
"Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres".
Continuemos  "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar". Hebreos 12:1,2