sábado, 28 de noviembre de 2009

ES LA RIQUEZA Y ENTRE PAJAS NACE

Es la riqueza y entre pajas nace,
es la justicia, y entre reos muere,
es la fuerza suma y ruega por quien le hiere,
es vida eterna y sucumbir le place.
No hay pecho atribulado que él no abrace
no hay alma rezagada a quien no espere
no hay virtud que en su ser no reverbere
no hay contrición que su bondad rechace.
Perlas le brinda el mar; la tierra, flores
la aurora bellas nubes purpurinas
los astros, inmortales resplandores.
Tersa alfombra las aguas cristalinas
música, los alegres ruiseñores,
y el hombre, hiel y cruz, clavos y espinas.

 Alejandro Nieto

BUSCANDO A DIOS DE CORAZÓN

Desde el triste momento en que Adán pecó, Dios manifestó un interés insaciable por rescatar a cada uno de nosotros, sus extraviados hijos. "El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente". Santiago 4:5
Desea angustiosamente (¿cómo explicar los sentimientos de Dios?), reunirnos nuevamente con el resto de su creación y con él mismo. Para lograr atraernos hacia sí, puso en lo más íntimo de cada corazón humano una sensación de hambre de lo divino y trascendente que jamás podrá ser llenada con ningún atractivo que el mundo pueda ofrecer.
Ni el poder, el sexo, el dinero o la aprobación popular sacian de verdad (cosas que la mayoría busca). No existen bienes materiales, afectos humanos o placeres de la carne que nos puedan dar más que algunos momentos de dudosa y fugaz felicidad. Luego volvemos a quedar tan vacíos como antes.
Después de siglos de alienación de Dios, esa sensación se agudizó al punto en que el hambre por él es desesperante. Paradójicamente, la mayoría de los hambrientos no lo sabe y sigue intentando saciar su hambre y sed de su presencia con pura vanidad, como dijo el sabio Salomón.
Vivimos en una época de acentuado frenesí, corriendo para llegar a
ninguna parte, llenando nuestra agenda con prisas auto impuestas y
sobrecargándonos con exigencias cada vez mayores. El asunto es no detenerse jamás.
Hay que aprovechar esa oportunidad de negocios, hay que hacer ese viaje, hay que ver esa película o asistir a esa fiesta...
Corremos y corremos para buscar satisfacción y cuando alcanzamos nuestros objetivos, caemos en la cuenta de que lo que tanto anhelábamos no nos llena y que todavía hay algo mejor que alcanzar. Lo que logramos acumular lo cargamos en cisternas rotas que no retienen agua.
Solo una cosa y ninguna otra puede llenar de verdad la hondura del espantoso vacío interior: nuestro maravilloso Salvador.
"Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás". Juan 6:35.
Encontrarse con Jesús es al mismo tiempo el clímax y el comienzo de la vida cristiana, la vida verdadera y abundante. Hallamos la fuente que sacia por completo, pero volvemos diariamente a beber de ella, deseando más cada día.
Pero es bueno advertir que en la búsqueda de Dios hay varios niveles y varios resultados, determinados todos por la motivación del buscador.
  • Cuando buscamos por primera vez a Dios con sinceridad y arrepentimiento por nuestros pecados, nunca nos dejará volver vacíos, puesto que es el Espíritu mismo quien alienta este deseo. "Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu". Salmos 34:18
  • Cuando buscamos a Dios después de un período de negligencia en nuestra vida espiritual, encontrarlo nos llevará algún tiempo y una buena dosis de angustia, como les pasó a María y José cuando perdieron de vista a Jesús en Jerusalén. (ver Lucas 2:41-48)
  • Cuando la búsqueda se hace con insinceridad de corazón, buscando ser librados de nuestros problemas, pero sin verdadero arrepentimiento, no lo encontraremos. "Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán". Proverbios 1:28
¿Deseamos de veras encontrar al Señor?
Hagamos nuestra la declaración del salmista: "¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?  Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras". Salmos 73:25-28

viernes, 27 de noviembre de 2009

ENFRENTAMOS UNA CRISIS

¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. (Joel 1: 15).


"Al unir un eslabón con otra en la cadena de los acontecimientos, desde la eternidad pasada a la eternidad futura, las profecías que el gran YO SOY dio en su Palabra nos dicen dónde estamos hoy en la procesión de los siglos y lo que puede esperarse en el tiempo futuro. Todo lo que la profecía predijo como habiendo de acontecer hasta el momento actual, se lee cumplido en las páginas de la historia, y podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por cumplir se realizará en su orden.
Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral y de acontecimientos grandes y solemnes. En nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la cual el Salvador anunció los acontecimientos que habían de preceder su venida: "Y oiréis guerras, y rumores de guerras. . . Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares" (Mat. 24: 6, 7).
El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro. Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en vísperas de una crisis estupenda.
La Biblia, y tan sólo la Biblia, presenta una visión correcta de estas cosas. En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo. . . cuya aproximación hace temblar la tierra y desfallecer de temor los corazones de los hombres.
Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos.
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus preceptos". ¡Maranata: El Señor Viene! Página 66
Transcribi tal como está esta meditación de Elena de White porque creo que no hay nada más que agregarle.
Preparémonos para ese día.

sábado, 21 de noviembre de 2009

UNO CON ÉL


Eres uno con Dios, porque le amas.
¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria,
eres uno con Dios, porque le amas!

Le buscaste en los libros,
le buscaste en los templos,
le buscaste en los astros,

y un día el corazón te dijo, trémulo:
«aquí está», y desde entonces ya sois uno,
ya sois uno los dos, porque le amas.

No podrían separaros
ni el placer de la vida
ni el dolor de la muerte.

En el placer has de mirar su rostro,
en el dolor has de mirar su rostro,
en vida y muerte has de mirar su rostro.

«¡Dios!» dirás en los besos,
dirás «Dios» en los cantos,
dirás «¡Dios!» en los ayes.

Y comprendiendo al fin que es ilusorio
todo pecado (como toda vida),
y que nada de Él puede separarte,
uno con Dios te sentirás por siempre:
uno solo con Dios, porque le amas.

Amado Nervo

ES HORA DE BUSCAR A DIOS

Cuando la vida pierde su brillo.
Cuando el tiempo deja de existir.
Cuando ya no queda esperanza.
Cuando no hay deseo de vivir,
es hora de buscar a Dios.

Cuando las flores no te impresionan.
Cuando no ves la belleza de una mariposa al volar.
Cuando no oyes música en el piar de un pájaro.
Cuando el arco iris no te hace pensar,
es hora de buscar a Dios.

Cuando el alborear no te habla.
Cuando el rayar del día no te hace sonreír.
Cuando el cantar del gallo no te anima.
Cuando el calor del sol no te hace mejor sentir.
es hora de buscar a Dios.

Si te preguntas el por qué.
Si buscas una explicación.
Si la vida no tiene sentido.
Si crees que nadie tiene razón,
es hora de buscar a Dios.

Si el embarazo de una mujer no te dice nada.
Si el nacimiento de un niño no te hace llorar.
Si un "papá dame un beso" no te llega al alma.
Si un nieto no te hace soñar,
es hora de buscar a Dios.

Si el firmamento no te pasma.
Si las estrellas no te vislumbran.
Si la luna no te mira.
Si el universo no te asombra,
es hora de buscar a Dios.

Anónimo

viernes, 20 de noviembre de 2009

Hazte a un lado

¿Cuál era el secreto que tenía Juan el Bautista como predicador para atraer a vastas multitudes y llevarlas al arrepentimiento y la conversión en forma tan exitosa?
Como planteaba en una entrada anterior, entiendo que lo hacía en el poder de Dios, guiado por el Espíritu Santo.
Pero... ¿Cómo llegó a ser tan formidable instrumento divino? ¿Cómo se logra esto, en términos prácticos?
La mayoría de nosotros es preparado desde la niñez, ya sea por influencia de los padres, los establecimientos educativos, la sociedad y aun la  misma iglesia para desempeñarse por su propia cuenta en el mundo. La alternativa es ser un fracasado, un don nadie.
Se nos envían constantemente mensajes de "tu puedes"... Los filmes exaltan a los héroes que resuelven los conflictos por su cuenta, los libros de autoayuda que tanto se venden, los escriben personajes exitosos, y en las noticias se presentan como estrellas a los que logran algo por sí mismos.
Entre los cristianos también sucede algo parecido, pues los líderes se eligen entre los más capaces, lo cual es lógico. Catalogamos así a  las personas que demuestran que logran manejar las situaciones conflictivas con cierto grado de eficiencia.
Solo valen los que pueden.

Los logros llegan a ser entonces algo a que aferrarse, constituyen nuestra afirmación, demuestran lo que somos.
¿Esto es bueno? Creo que no.
No estoy diciendo que sea bueno ser incapaz, pero en el ámbito espiritual, cuando el elemento humano es preponderante, no se deja al Señor lugar para actuar.
Puede ser incluso un elemento retardador del progreso del evangelio cuando los "exitosos" compiten entre sí por destacarse en la iglesia.
El anonadamiento, aunque pasado de moda en esta sociedad hambrienta de notoriedad, es la clave del éxito.
Observemos cual fue el ejemplo de Juan el Bautista:
"Se entabló entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío en torno a los ritos de purificación. Aquéllos fueron a ver a Juan y le dijeron: -Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él. -Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda -les respondió Juan-. Ustedes me son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.” El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Ésa es la alegría que me inunda. A él le toca crecer, y a mí menguar". Juan 3:25-30 BLS
En otras palabras, debía dejar su lugar de éxito y pasar al anonimato para que el evangelio pudiera avanzar en manos de Aquel a quién él predicaba.
Es cierto que las personas llegan a conocer a Cristo a través de sus testigos; pero cuando los interesados ponen su confianza en nosotros, debemos ser cuidadosos en transferir dicha confianza a la Palabra y de allí al Autor de la Palabra. Nuestro lugar en sus corazones debe ser ocupado por Cristo y por él solamente.
Elena de White lo dijo con palabras mejores que las mías:
"Suspendido de la cruz, Cristo era el Evangelio. . . "He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1: 29). ¿No mantendrán nuestros miembros de la iglesia sus ojos fijos en un Salvador crucificado y resucitado, en quien se cifran sus esperanzas de vida eterna? Este es nuestro mensaje . . . para los impenitentes, nuestra exhortación para los afligidos, la esperanza para cada creyente. Si podemos despertar en la mente de los hombres un interés que les haga fijar sus ojos en Cristo, podemos hacernos a un lado y pedirles que continúen fijando sus ojos en el Cordero de Dios. Aquel cuyos ojos estén fijos en Jesús, lo abandonará todo. Morirá al egoísmo. Creerá en toda la Palabra de Dios, que está tan gloriosa y maravillosamente exaltada en Cristo". ¡Maranata: El Señor Viene! Página 97
¿Estás tu igual de dispuesto a hacerte a un lado para que Jesús tenga el primer lugar?

domingo, 15 de noviembre de 2009

MENSAJES FUERTES

Una cosa que nunca me agradó de los filmes sobre la vida de Jesús, era la imágen que presentaban de Juan el Bautista. En todos los que vi aparecía como un histérico gritón y desgreñado, con los pelos parados y ojos desorbitados, seguido por un hato de ignorantes y superticiosos; mucho más cercano a un loco que a un profeta.
A un personaje así, Dios no le confiaría el solemne mensaje de la venida del Mesías, las multitudes no le hubieran seguido y mucho menos los rígidos y formalistas fariseos hubiesen ido a pedir ser bautizados por él. Jesús mismo dijo: "Entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista." Luc. 7:28
Sin dudas, el profeta del desierto tenía otro aspecto y poseía una influencia serena y cautivante, a la vez mansa y llena de poder, afirmando con su  carácter y sus acciones lo vigoroso de sus mensajes.
"En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados". Mateo 3:1-6
Para los hombres sofisticados, mundanos y sensuales, Juan no tenía mucho atractivo. Incluso creo que a muchos creyentes de hoy, su ascetismo y sencillez no les resultarían para nada agradables. Pero para el alma sedienta de lo espiritual, el Bautista era un faro convocante, un imán irresistible.
Sin embargo, por sobre su personalidad, su mensaje poderoso, teñido de urgencia y gravedad, era el que movilizaba a las masas. Su llamado al arrepentimiento estaba cargado de consecuencias eternas y por ello era difícil de desoír.
Había en sus labios una convicción que procedía directamente del Espíritu Santo y alcanzaba los rincones más oscuros del alma, que si bien reflejaban el amor divino, también reprendían duramente el mal y la hipocresía de los líderes religiosos.
"Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: a Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará". Mateo 3:7-12
¿Cuántos predicadores podrían hoy llamar a su auditorio "generación de vívoras" y presentar tan gráficamente el juicio sobre sus malas acciones, sin que todos abandonaran precipitadamente la sala y le retiraran su apoyo por completo?
No ciertamente alguien desposeído del Espíritu de Dios.
Quizá algún loco extremista y fanático, con predecibles resultados.

En esto seguía Juan la línea de los profetas de todos los tiempos, no buscando agradar al oído, sino despertar las conciencias adormecidas por el pecado. El mensaje divino no tiene condicionamientos, no es populista ni efectista, no busca impactar con algo nuevo o sorprendente, sino llamar al arrepentimiento.
Pero había un elemento adicional y definitivo en su mensaje: su autoridad, osadía y poder descansaban en Aquel que vendría tras él; el Rey, el Mesías y el Salvador de Israel.

De igual manera, los que tenemos el encargo de anunciar. no ya la primera venida de Cristo, sino la segunda y definitoria; debemos imitar a su Precursor en el poder, en la urgencia, gravedad e importancia del maravilloso mensaje que transmitimos.

Prediquemos a Jesús viniendo en las nubes del cielo, con el poder y la convicción que solamente el Espíritu nos puede dar.

El mundo lo necesita con urgencia, los campos ya están blancos para la siega y el tiempo se agota velozmente.

¡Sé un nuevo Juan el Bautista!

sábado, 14 de noviembre de 2009

BUSCAR A DIOS

En el frente de la iglesia principal de mi ciudad, había un hermoso mural con imágenes de Jesús y los apóstoles con esta llamativa leyenda: "No siempre es facil encontrar a Dios, pero buscarlo es comenzar a encontrarlo".
De primera impresión la frase me pareció buena; pero luego pensé que teológicamente no era correcta, puesto que en definitiva no es el hombre el que busca a Dios, sino que es el Señor quien va al encuentro de los extraviados y pecadores seres humanos.
Al recordarla nuevamente, pensé que debía dejar atrás mis ideas anteriores y tomar un tiempo para investigar el tema en la Biblia.¿Qué es y qué implica el buscar al Señor?
Encontré el orden de temas siguiente:
  • Existe un profundo deseo humano de buscar a Dios
Job 5:8 Ciertamente yo buscaría a Dios, y encomendaría a él mi causa
Salmos 27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová
Salmos 63:1 Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
Isaías 11:10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.
Jeremías 50:4 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.
Zacarías 8:21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.
  • La Escritura está llena de invitaciones a buscar a Dios
1 Crónicas 16:11 Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.
2 Crónicas 14:4 y mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos.
Salmos 14:2; 53:2 Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios.
Isaías 51:1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Amós 5:4 Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;
  • Hay una actitud correcta para buscar a Dios
Deuteronomio 4:29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.
2 Crónicas 11:16 Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.
1 Crónicas 22:19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios
Jeremías 29:13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
Daniel 9:3  Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.
  • Debemos cuidarnos de buscar a Dios por motivos incorrectos
1 Crónicas 15:13 pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza.
Salmos 78:34 Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya
Isaías 26:16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.
Isaías 58:2,3 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
Oseas 5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
Juan 6:26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
  • Los resultados de buscar a Dios son maravillosos
1 Crónicas 28:9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.
2 Crónicas 15:4 pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos.
2 Crónicas 7:14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 Crónicas 15:15 Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos; y Jehová les dio paz por todas partes.
2 Crónicas 15:2 y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.
Salmos 9:10 En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
Isaías 26:9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
1 Crónicas 16:10 Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan a Jehová.
2 Crónicas 31:21 En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado.
Salmos 119:2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan
Lamentaciones 3:25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
En las entradas siguientes desarrollaré estos conceptos.
Bendiciones.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cuando Jesús nació

"Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta" Mateo 2:1-5
Lo insólito del relato de la visita de los magos no se encuentra tanto en el arribo de estos personajes de lejanas tierras, tampoco en la visita de los pastores, sino más bien en la actitud de los habitantes de Jerusalén.
Ninguno fue a corroborar la noticia dada por los sabios de oriente. Todos "se pusieron muy nerviosos" (vs. 3 versión BLS) pero nadie fue a ver si era cierto lo que habían escuchado.
¿No sería esta la buena nueva que habían esperado por siglos? ¿No habría llegado el Mesías prometido en las Escrituras que decían conocer?
Desde que Adán cayó y se le prometió un salvador, el pueblo de Dios comenzó a aguardar su advenimiento. La promesa fue repetida a Abraham de que en su simiente serían benditas las naciones de la tierra. Y a Moisés se le informó que el Señor enviaría al "Profeta" a quien debían escuchar. Más tarde, los profetas como Isaías, Daniel y Miqueas entre otros, agregaron mayores precisiones al augusto acontecimiento venidero. Se anunció el lugar, el tiempo y las circunstancias de su venida, así como su obra y su muerte por los pecados del mundo.
No les faltaba información. Los religiosos de la época no tuvieron problemas para dar al rey la ubicación exacta del lugar del nacimiento del Mesías, pero no se interesaron en absoluto en ir a su encuentro.
Sus corazones llenos de prejuicio, orgullo y planes mundanales, no tenían cabida para un pequeño niño en Belén, fuera quien fuese. Por otra parte, es de notar que la singular profecía que citaron en esa ocasión los sabios de oriente fue dada por Balaam, un profeta apóstata que ni siquiera era israelita.
No, pensaron ellos; esos extranjeros incircuncisos no podían saber algo que los judíos ignoraban. Y así todos; ya sea por ceguera, prejuicios o por simple indiferencia, dejaron pasar la oportunidad de sus vidas.
Nuestro amante Señor no deja a nadie sin el suficiente conocimiento para su salvación, pero en este caso, estos extranjeros aprovecharon la escasa luz recibida y fueron al encuentro del Prometido, la Estrella de Jacob, con plena confianza.
¿Cómo nos relacionamos nosotros hoy con la luz que el Señor envía sobre su segunda venida?
"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios". Juan 3:17-21
Las polillas, las mariposas y otros insectos voladores son atraídos por la luz y bailan una danza perpetua alrededor de cualquier fuente luminosa. Las cucarachas, arañas y otras alimañas en cambio huyen a esconderse en las tinieblas. Son ilustraciones adecuadas de los seres humanos. Los que ansían la justicia de Dios por la fe vienen a la luz pero los que no lo aman, huyen de Aquel que es la luz del mundo.
¿Acudes al encuentro de la luz?

sábado, 7 de noviembre de 2009

EL DESCONOCIDO

¿Conocemos a Jesús de veras?...
En las últimas décadas se viene haciendo un fuerte énfasis sobre la necesidad de conocer a Jesús en forma personal; no como una serie abstracta de creencias religiosas, sino como una relación viva con Cristo; en tener una experiencia con el Salvador por sobre el conocimiento de la doctrina; lo cual  creo que ha sido en parte muy saludable.
Se realizó al mismo tiempo tal agudo contraste entre dicha religión "experimental" y la religión "formal" que hacía hincapié en el conocimiento doctrinal, que ésta última pasó a representar lo negativo; puro fariseísmo. Los que hablaron pues de la obediencia a las normas, automáticamente fueron categorizados como desdichados legalistas que "no conocen a Jesús".
No obstante, como todo lo que hacemos los pendulares seres humanos, la "relación personal" con Dios puede convertirse en nada más que una buena intención, en un mero slogan, si consiste únicamente en declaraciones desprovistas de médula.
Está siempre presente también el riesgo de la presunción, de pensar que gozamos del favor divino mientras desdeñamos la obediencia a sus mandamientos, como en el caso de Coré que afirmó del pueblo en rebeldía: "!Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová" (Números 16:3)
¿Conocemos a Jesús de veras?...
Vale revisar ahora la experiencia del pueblo elegido por Dios, el Israel de los días de Cristo, para sacar algunas lecciones. La Escritura muestra repetidamente cual fue su "relación" con Jesús.
"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron". Juan 1:11
"Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis". Juan 1:26
"Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais". Juan 8:19 (cf. 14:7)
"Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?" Juan 14:9
La gente de su tiempo, la que conocía las Escrituras, la que lo tuvo caminando con ellos y vio desplegarse su poder y gloria, su amor y compasión, los que vieron fulgurar lo divino en su carácter y fueron testigos de sus milagros y sus sublimes enseñanzas, no le conocieron.
¿Cómo podemos nosotros entonces afirmar con tanta liviandad que "conocemos a Jesús"?
No estoy hablando de agnosticismo. No digo que sea imposible conocer al Señor, sino de que no es apenas cuestión de decirlo.
La pregunta entonces es: ¿de qué manera podemos tener con el Señor una relación viva que transforme nuestras vidas?
El ABC del relacionamiento se encuentra por supuesto en la fe, la oración, la meditación y un sincero estudio de las Escrituras.
Cuando las personas comienzan a estudiar la Biblia, siempre reciben con gozo las nuevas del amor de Jesús, de su interés por nosotros, de sus promesas y de la garantía de la vida eterna para el creyente. Se entusiasman con la tierra nueva y con el fin del dolor y el sufrimiento. Les agrada la promesa del Espíritu Santo morando en sus vidas... Es que el cristianismo es después de todo una religión feliz.
Pero... al llegar al punto del compromiso, al considerar el costo del evangelio y sus requerimientos de obediencia a los mandamientos, sacrificio, abnegación y duro trabajo, retroceden con duda, temor y desconfianza.
Santiago y Juan pidieron a Jesús que les diera lugares de privilegio en su reino y el Señor les contestó: "No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados" Marcos 10:38,39
No se daban cuenta que los padecimientos y la muerte del yo que les esperaban constituirían el más alto honor y la más elevada forma de comunión con Cristo.
Todos queremos los privilegios del evangelio; nos pertenecen, pues Cristo los compró para nosotros.
Pero éstos no representan nada sin la profunda y verdadera comunión con el Salvador que se encuentra en seguirle más allá del ámbito seguro de nuestro yo. Las pruebas, el arduo trabajo, el sufrimiento y estar dispuestos aún a morir por él, son los medios por el cual el Señor nos enseña a ser dependientes y confirma que le conocemos, tal como dijo Pablo:
"
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte
". Filipenses 3:8-10
¿Estoy dispuesto yo a llegar a ser semejante a él en sus padecimientos y en su muerte?
Todo aquel que quiere llegar a ser parte de la iglesia de Dios, la cual es su cuerpo, debería hacerse esta pregunta.
Su promesa a los vencedores es "se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida" Apocalipsis 2:10

lunes, 2 de noviembre de 2009

EL SALVADOR QUE VIENE

Les hacemos aprender de memoria a los niños todos los años este hermoso versículo: "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Mateo 1:21
Sin dudas es un texto maravilloso, que enseña varias verdades fundamentales.
  • El nacimiento de Jesús fue la mayor singularidad del universo, en la cual Dios tomó la naturaleza humana no temporalmente, sino para siempre. "Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad".¿Qué movió a la Deidad a tan radical determinación? Únicamente un amor que es absolutamente incomprensible para nuestro estrecho y egoísta corazón humano.
  • En la vida humana de Cristo vemos, reunidos todos en uno, el remedio para los males físicos y espirituales de los que lo rodeaban, la manifestación del caracter amoroso del Padre y un ejemplo para reproducir en nuestras vidas.
  • En su muerte tenemos la solución para el conflicto de los siglos, la victoria contra el pecado y el demonio, junto a la manifestación más clara de la gracia divina en nuestro favor. La cruz es el faro de la eternidad, que alumbra tanto el pasado como el presente y el futuro de la humanidad, trascendiendo este bache en la eternidad causado por la irrupción del mal, que llamamos tiempo.
  • Su resurrección es la garantía de eternidad del creyente, la que otorga sentido a nuestra lucha, a la búsqueda de la santidad, a nuestra esperanza y a nuestra fe; si no fuera así, como dijo Pablo: "Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres" 1º Corintios 15:19
  • Su ascención al cielo nos abre las puertas de su continua intercesión en el santuario del cielo. No trata allí de convencer al Padre para que no nos destruya, sino que muestra al universo no caído y a nuestro Adversario en el juicio, los méritos de su sangre, el costoso precio que fue pagado por nuestros pecados. El está sentado a la diestra del Padre; no ocioso, sino trabajando por su iglesia que milita aquí en la tierra, aplicando sus méritos a nuestras vidas y alentándonos en el conflicto, para que podamos llegar a salvo a nuestro hogar celestial.
Pero por sobre todas las cosas, el Salvador que nos ha nacido es el Salvador que vendrá: "este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo". Hechos 1:11
Ninguna de las cosas mencionadas anteriormente tendrían plena eficacia si nuestro querido Señor no viniera a buscar a su iglesia. Nuestra esperanza y nuestra fe, nuestra lucha y nuestro anhelo por una tierra mejor terminarían trágicamente en la tumba. Sería casi una burla.
Pero no será así. Él VENDRÁ con toda seguridad. Lo hará por mí , por todos nosotros, por su creación que gime y por los no caídos que esperan anhelantes el momento de la reunión de las familias del cielo y la tierra. Lo hará para terminar de una vez por todas y para siempre con la deformante y cruel intrusión del pecado en la pacífica armonía del universo.
Dios no olvidó a sus hijos. No le es indiferente la larga noche de maldad que reina sobre la tierra y las tinieblas cada día mas densas de pecado que cubren su doliente creación.
La larga espera es apenas una percepción humana limitada por nuestra corta existencia. El Señor no conoce la tardanza y pronto volverá.
Es lo que yo creo y espero con todo mi corazón.
Amén.