miércoles, 30 de noviembre de 2011

PERFECCIÓN EN LA ESFERA HUMANA

"Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro padre que está en los cielos es perfecto" Mateo 5: 48.
Nuestro Salvador comprende perfectamente la naturaleza humana y nos dice a cada uno:" Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". Así como Dios es perfecto en su esfera, así debe serlo el hombre en la suya. A quienes reciben a Cristo se dirigen estas palabras llenas de esperanza: "A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Ellas nos indican que no debemos conformarnos con nada que sea inferior a un carácter sobresaliente y elevado, formado a la semejanza divina. Cuando se posee un carácter tal, la vida, la fe, la pureza de la religión constituyen un ejemplo instructivo para los demás.
Pero se chasquearán los que esperan contemplar un cambio mágico en su carácter sin que haya un esfuerzo decidido de su parte para vencer el pecado. Mientras contemplemos a Jesús, no tendremos razón para temer ni para dudar de que Cristo es capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que acuden a él. Pero podemos temer constantemente para que nuestra vieja naturaleza no gane otra vez la supremacía, no sea que el enemigo invente alguna trampa por la que seamos otra vez sus cautivos. Hemos de ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor, pues Dios es el que obra en nosotros así el querer como el hacer su buena voluntad. Con nuestras facultades limitadas hemos de ser tan santos en nuestra esfera como Dios es santo en la suya. Hasta donde alcance nuestra capacidad, hemos de manifestar la verdad, el amor y la excelencia del carácter divino. Así como la cera recibe la impresión del sello, así el alma ha de recibir la impresión del Espíritu de Dios y ha de retener la imagen de Cristo.
Hemos de crecer diariamente en belleza espiritual. Fracasaremos con frecuencia en nuestros esfuerzos de imitar el modelo divino. Con frecuencia tendremos que prosternarnos para llorar a los pies de Jesús, debido a nuestras faltas y errores, pero no hemos de desanimarnos. Hemos de orar más fervientemente, creer más plenamente y tratar otra vez, con mayor firmeza, de crecer a la semejanza de nuestro Señor. Al desconfiar de nuestro propio poder, confiaremos en el poder de nuestro Redentor y daremos alabanza al Señor, quien es la salud de nuestro rostro y nuestro Dios.
(Extraído del libro ¡Maranata: El Señor Viene! Página 225).

lunes, 28 de noviembre de 2011

CINCO RESURRECCIONES

¿Cinco..? ¿En serio...? ¿Has sacado bien la cuenta?
Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Juan 11:25
Él es el único que reclama para sí mismo el poder de devolver la vida. Y efectivamente dispone de tal poder, puesto que Cristo es también el Supremo Dador de la Vida. 
Dijo en cierta oportunidad: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar... Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. ” Juan 10:17,18; 5:21
La Biblia habla de varias resurrecciones, y según entiendo, podemos hablar de cinco de ellas.
1- Un grupo general de resurrecciones transitorias:
La resurrección del hijo de la viuda de Sarepta, el de la mujer sunamita, el hombre que resucitó al caer sobre el cadáver de Eliseo, la resurrección de Lázaro, junto a los distintos milagros de resurrección hechos por Cristo y por los apóstoles, pueden clasificarse como resurrecciones provisionales, puesto que todos estos volvieron a morir.
El objetivo del Señor en los casos citados era evidenciar su poder para devolver la vida a quienes creen en él y así confirmar sus promesas (ver Juan 3:16). Con todo, no era una solución definitiva al problema de la muerte. La vida eterna todavía aguarda a estos fieles.
2- La resurrección de los justos que ocurrirá al momento de la venida de Jesús:
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Juan 5:28,29
Aquí se habla de dos grupos de resucitados, pero el Apocalipsis agrega que pasará un tiempo entre ambos: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar... y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección” Apocalipsis 20:4,5.
¿Cuándo ocurrirá esta primera resurrección general? Las Escrituras claramente la ubican en el momento del glorioso segundo advenimiento de nuestro Salvador: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. 1ª Tesalonicenses 4:16
Los justos vivos y los resucitados experimentarán entonces una instantánea transformación, recibiendo cuerpos nuevos e inmortales (ver 1ª Corintios 15). Los que participen de esta resurrección ya no sufrirán jamás los efectos del pecado ¡Alabemos al Señor por tan maravillosa promesa!
3- La resurrección especial de los que asesinaron al Señor:
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.  Apocalipsis 1:7
Existe una sola manera en que “los que le traspasaron” (Pilato, Herodes y todos los que participaron de su muerte), verán su retorno: que sean resucitados en ese momento. Esto ocurrirá en cumplimiento de la promesa de Cristo a sus verdugos “Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” Mateo 26:63,64
Tristemente, estos hombres malvados resucitarán pero serán aniquilados por el resplandor de su venida, y despertarán nuevamente luego del milenio, al momento del juicio final, para ser destruidos total y definitivamente (ver Apocalipsis 20:11-15).
4- La resurrección de los malvados, que tendrá lugar después del milenio:
“Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años...Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra... a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.” Apocalipsis 20:5,7,8
Luego de los mil años ocurrirá la segunda resurrección general; los malvados volverán a la vida para hacerse cargo de sus pecados. El gran juicio ejecutivo de Dios los confrontará -junto a Satanás y sus ángeles-, con sus perversas acciones y su persistente rechazo del amor divino. Reconociendo su responsabilidad y la justicia de Dios en su sentencia, serán eliminados para siempre por el fuego que bajará del cielo. No se levantarán nunca más.
5- La resurrección espiritual:
¿No quisieras estar en los dos grupos anteriores, verdad?
Ningún ser humano en su condición pecaminosa puede recibir la vida eterna. Le es necesaria una total y completa renovación que se equipara con la resurrección. 
Antes de que podamos ser transformados físicamente, debemos ser renovados espiritualmente. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios 2:1
Se nos llama a resucitar de ese grave estado espiritual. “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo”. Efesios 5:14
Esta resurrección es necesaria para recibir la vida eterna. Ya sea que hayamos muerto o estemos vivos al momento de su venida, necesitamos ser vivificados con la luz y el poder del Espíritu, ser recreados a imagen de nuestro Creador y resucitados de una vida alejada de Dios.
Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Juan 11:25
¿Crees esto?

domingo, 27 de noviembre de 2011

TIEMPOS PELIGROSOS

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” 2ª Timoteo 4:3,4
Estaba enseñando en la escuela a mis niños de segundo grado sobre los adjetivos. Les había dado un texto, al final del cual preguntaba acerca de sus cualidades y defectos como compañeros. Cuando una de ellas me trajo el trabajo a corregir, noté que no había escrito nada en la última parte, entonces le pregunté:
- ¿Y por qué no escribiste nada de tus defectos?
- No se que poner, no tengo ningún defecto - me contestó con toda candidez.
En la ingenua inocencia de esta niña, se halla el germen de una actitud que todos compartimos por igual: la dificultad para reconocer nuestros pecados.
Al no gustarnos reconocer nuestros defectos de carácter, tampoco aceptamos que intenten corregirnos, y seguimos cultivándolos hasta que nos terminan pareciendo buenos y aceptables. Preferiremos las voces que eviten hablarnos de nuestros males, a las advertencias de los demás y de nuestra propia conciencia. Si esa actitud se sostiene en el tiempo, nos colocaremos en una situación sumamente peligrosa para nuestras almas, porque la obstinación engendra más obstinación; persisitir en el mal conduce a endurecerse más y más en el pecado.  
El apóstol Pablo nos advierte que en los tiempos finales esta sería una actitud universal, diciendo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.” 2ª Timoteo 3:1-8
Cuando leí este texto por primera vez, me parecía claro que hablaba de las personas que no conocen a Dios; grande fue mi sorpresa cuando entendí que hablaba del carácter de los creyentes de los últimos días.
Nadie duda de que vivimos HOY tiempos peligrosos. La maldad, la violencia y el vicio abundan por todas partes. Sin embargo, eso era de esperar entre los incrédulos.
Pero los tiempos peligrosos lo son precisamente por la situación imperante entre los que dicen llamarse el pueblo de Dios (yo incluído).
Los tiempos peligrosos de los que habla la inspiración abarcan tres aspectos:
1- La vida personal de los cristianos, en vez de estar regida por el Espíritu Santo, está dominada por la satisfacción de sus propios deseos, lo que los vuelve “amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”.
El sistemático ataque satánico contra la familia, ha conmovido los cimientos de nuestra sociedad, y cada generación se ha vuelto más resuelta en seguir sus propios impulsos y resistirse a toda ley y autoridad. Nuestro mundo hedonista y sensual ha impulsado a muchos profesos creyentes a amoldarse a él antes que intentar transformarlo, y sus acciones pregonan con fuerte voz: “yo primero a cualquier costo”.
2- Se proclama entre nosoque hay que tener “una relación con Jesús”, pero al mismo tiempo se vive una parodia de cristianismo que es pura cáscara, sin nada adentro. Se dice pero no se vive, rechazándose en los hechos lo que se predica.
Por otra parte, una religión de puras formas hace que se deje de crecer en la gracia, dando como fruto “cristianos” que  “siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad”. Los resultados, tanto del sensualismo como del formalismo frío y falto de caridad, desemboca en personas que “tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella.”
3- Una apariencia de piedad expulsa a Cristo del alma y produce un amargo fruto de rebelión declarada. Al no crecer en la fe, los profesos creyentes terminan poniendo sus afectos en el lugar equivocado y se dice de ellos que “resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.”
Y esto no es obra humana solamente, porque Satanás procura entrampar al mayor número posible de profesos cristianos, dirigiendo sus principales armas contra la iglesia de Dios; por eso “el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” 1ª Timoteo 4:1
Si el natural orgullo y egoísmo del corazón humano es peligroso, tanto más lo es cuando se convierte en el rasgo distintivo de la sociedad toda. Se borran los límites, se desconoce la ley divina y se trastocan todos los fundamentos de la convivencia social. Las personas quedan envueltas en tal oscuridad que se dirige a ellos la advertencia “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!... los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!” Isaías 5:20-23 (Ver entrada anterior).
Pero cuando la obstinación generalizada se transforma en resuelta enemistad contra Dios, a esto sigue la apostasía y la persecución de los verdaderos creyentes, y tales épocas se convierten verdaderamente en TIEMPOS PELIGROSOS.
¿No estamos ahora mismo en ellos?
El único remedio a esta situación es que Dios mismo intervenga para salvar a los que le esperan.
¡Ven Señor Jesús!

COMPLETA CONFUSIÓN

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20

La siguiente noticia es un claro ejemplo del texto citado arriba:

Ciudad californiana cierra estudio hogareño de la Biblia
En Orange County, California, es ilegal llevar a cabo una reunión religiosa en su casa.
Esto es lo que Chuck y Stephanie Fromm, de San Juan Capistrano, descubrieron cuando fueron multados con 300 dólares a principios de este mes por la celebración de una clase de estudios bíblicos en su propiedad.
Un oficial del condado dijo que la pareja cometió una infracción, ya que se considera ilegal mantener "una reunión regular de más de tres personas" en propiedad privada. Las autoridades afirmaron que los Fromms necesitan una licencia para celebrar reuniones en su casa.
Las autoridades de San Juan Capistrano afirman que un estudio de la Biblia en el hogar no está permitido porque se trata de una "iglesia", y las iglesias necesitan un Permiso de Uso Condicional (CUP) en la zona.
Los Fromms recibirán multas adicionales de $ 500 por cada una de las futuras "reuniones religiosas" en su casa, de acuerdo con el Pacific Justice Institute (PJI).
La acción de la ciudad es una descarada violación de la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de culto sin la intervención del gobierno.
El PJI y los Fromms planean apelar la decisión tomada por la ciudad para defender la multa y la restricción ante la Corte Superior de California en Orange County, de acuerdo con KCOY 12 Noticias,una filial de Fox.
Irónicamente, la ciudad de San Juan Capistrano fue fundada como una misión a finales de 1700 por el sacerdote católico Junípero Serra. Una capilla local establecida por Serra es el edificio más viejo de California.
(Publicado por Kurt Nimmo en Infowars.com el 21 de septiembre de 2011)
¡De qué manera el pecado altera las percepciones de estos hombres! Los que dejan a Dios de lado están tan confundidos en su juicio que pueden aprobar todo tipo de inmoralidades, pero condenan un estudio bíblico por “¿ilegal?”. Según este concepto, el estudio de la Palabra de Dios parece algo tan malo e inaceptable que debería quedar restringido solamente al interior de una iglesia.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

UN POCO DE PAZ

“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” Números 6:24-26
Todos necesitamos un momento de paz. En el agitado mundo en que vivimos, la tranquilidad se ha vuelto un bien escaso, a veces inexistente.
Al acercarnos al fin del año, cuando se acumulan las obligaciones y los plazos se acortan; cuando la prisa y los nervios son el denominador común, todos deseamos un poco de paz y quietud.
En mi caso, parece que al llegar al final del año lectivo, los niños y jóvenes están más acelerados de lo “normal” (¿o seré yo quien lo está?), y todo se torna más dificultoso: el trabajo en el aula, el diálogo, la disciplina, la convivencia.
Y esto también sucede en nuestros hogares. Los arreglos de la casa, los preparativos para fin de año y el afán por poner al día lo pendiente, se llevan nuestras últimas y agotadas fuerzas.
Esperamos las vacaciones para descansar; pero cuando se acaba el tiempo que tuvimos lejos de las obligaciones, sentimos que no nos hemos repuesto lo suficiente. Queremos algo más.
- ¿Y si fuéramos a tal o cual lugar...?
- Tal vez, si tuviéramos un poco más de dinero, podríamos...
 Pero no... No importa de cuánto tiempo o recursos dispongamos, no hay lugar en este mundo que nos proporcione la calidad de reposo que nos hace falta.
¿Dónde conseguir auténtica paz y reposo duradero?
Para descubrir en qué estamos fallando o qué nos falta para alcanzarlo, nada como apoyarse en las sabias palabras de las Escrituras:
  • “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33
En primer lugar, la verdadera paz se halla en aquel que es la fuente de la paz; Jesucristo. Únicamente él proporciona lo que satisface la necesidad del cuerpo, la mente y el alma. Todo lo que  mundo pueda brindarnos -dinero, lujo, diversiones, placeres-, es un miserable y fugaz sustituto de una correcta relación con el Vencedor del Mundo.
Gran parte de nuestro frenesí viene de la insatisfacción producida por el pecado; y en vez de acudir a Cristo con fe sencilla, buscamos aturdirnos en actividades que solo consiguen alejarnos más de nuestro Salvador.
  • “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.” Job 22:21
Se nos advierte aqui que las cargas de la vida serían un tanto más soportables si nos apoyáramos en la providencia dvina; conformándonos con lo que tenemos y dejando de lado toda ambición egoísta.
  • “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él.” Proverbios 16:7
Las relaciones interpersonales también pueden beneficiarse de este consejo. Estar en armonía con nuestro Dios nos hace estar en paz con nosotros mismos y con los demás.
  • “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7
. Finalmente recordemos que la paz es un don del Espíritu. Está a disposición de quienes lo piden con sinceridad de corazón y quieren hacer la voluntad de Dios.
Nuestro Señor nos ha dado varias fuentes de reposo en este mundo:
- La paz que se obtiene al obedecer su voluntad.
- El reposo que hay en una familia que se ama y que ama a Dios.
- Los espacios tranquilos que nos brinda la naturaleza, lejos de la agitación humana.
- El sábado, que es el espacio de tiempo que el Señor bendijo y santificó para que reposemos en él.
- Hay paz en la esperanza de la vida eterna, aquel sábado que nunca acabará y que pronto podremos disfrutar.
- Pero, por sobre todo, hay paz cuando permitimos que Jesús tenga el primer lugar en nuestros corazones.
Mi deseo es que hoy experimentes esa paz inefable que solo Cristo da.

sábado, 19 de noviembre de 2011

LA MUJER IV

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.” Proverbios 31:28-31
El ideal divino para Adán y Eva cuando fueron creados se refleja en la bendición pronunciada sobre ellos (ver Génesis 1:27,28). Juntos formarían una sociedad de iguales que debían fructificar y multiplicarse reinando sobre el resto de la creación.
Lamentablemente, de aquella sociedad original queda muy poco. Los seres humanos ya no reconocemos -casi en ninguno de sus aspectos-, el plan que Dios tenía para nuestras vidas. La naturaleza no es ya el objeto de nuestra mayordomía, sino algo que podemos explotar a mansalva; la formación de familias felices y temerosas del Señor, ha  sido reemplazada por la persecución de una “carrrera”, un logro personal, o un trabajo que nos otorgue seguridad económica.
Y ha sido precisamente el lugar de la mujer en el hogar y en la iglesia el más afectado por nuestra frenética sociedad.
Importante papel en ello han desempeñado los movimientos feministas nacidos de la Ilustración -que señoreó durante la Revolución Francesa-, y que siguieron desarrollándose en Inglaterra y Estados Unidos a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. 
Originariamente buscaban obtener la igualdad frente al hombre en términos de derecho de propiedad, así como igualdad de derechos dentro del matrimonio. Luego, a fines del siglo XIX, sus esfuerzos se concentraron en obtener poder político (en concreto el derecho al sufragio). Pero luego aparecieron nuevas demandas relativas a la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo y a los derechos en la reproducción. La tercera ola feminista procura borrar los límites de la sexualidad, dando como válidas todas las orientaciones sexuales
(Sugestivo logo del feminismo con un puño alzado que surge de una cruz invertida)
Lo notable es que este tipo de movimientos no se conforma con una conquista que deja atrás algo de los mandamientos divinos; siempre va por más.
Si la influencia de estos pensamientos se mantuviera fuera de los límites de la iglesia, no sería tan grave; pero de la misma manera que en el Edén, Satanás intenta seducir a las mujeres cristianas con la idea de que si se “liberan“, podrán alcanzar un estilo de vida superior y gozarán de una libertad que por ahora se les niega.
El Diablo ha tenido éxito en muchos casos, al sacar a ambos padres del hogar para luchar por la subsistencia; y nos ha puesto a correr detrás de logros y programas, para que lleguemos al hogar cansados y con los nervios de punta, sin tiempo para antender nuestros hijos y educarlos en el temor de Dios. Pero no conforme con ello, consiguió avanzar en el debate de género en nuestras iglesias, con la idea de que las mujeres tienen que tener los mismos derechos y oportunidades que los varones.
Algo de esto se nos ha colado. Me refiero al debate instalado (y ya resuelto en algunas denominaciones religiosas), por la ordenación de las mujeres al ministerio.
Podría decirse que eso está bien, pero es en realidad un sofisma.
Cuando se lucha por cosas tales como la igualdad de género en la iglesia, damos un mensaje confuso en cuanto a nuestra misión, y podemos perder de vista nuestro objetivo último que es la proclamación del evangelio, el anuncio del juicio y de la segunda venida de Cristo.
Varios líderes religiosos, -¡sorprendentemente todos varones!-, han  sido seducidos a impulsar este cambio de status que no tiene apoyo bíblico. Creo que la mayoría lo hace de corazón y queriendo hacer un bien, pero sin advertir hacia donde le llevarán sus pasos.
Algunos argumentan que tampoco se prohibe en las Escrituras la ordenación de las damas como pastoras; pero no es bueno argumentar con la ausencia de evidencia. La Biblia guarda silencio sobre la esclavitud o la poligamia, por ejemplo; pero esa falta de condena no las vuelve más aceptables.
Tengamos cuidado con lo que apoyamos, puesto que cuanto más ardiente se vuelve la defensa de algún punto, mayores son las posibilidades de que se esté defendiendo el lado equivocado.
De este tipo de discursos puede decirse lo afirmado por el apóstol Pedro: “Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error. Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado. Si habiendo escapado de la contaminación del mundo por haber conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a enredarse en ella y son vencidos, terminan en peores condiciones que al principio.” 2 Pedro 2:18-20 (NVI)
No ignoro las valiosas contribuciones femeninas a la causa de Dios tanto pasadas como presentes (ver entradas anteriores); pero me quedan algunas preguntas sobre la dirección en que nos estamos moviendo:
  1. ¿Esta iniciativa traerá verdaderas mejoras o tan solo creará nuevos conflictos?
  2. Si se ordenan mujeres al ministerio, ¿qué otras reivindicaciones sociales vendrán a continuación?
  3. Si las damas ejercen el pastorado, ¿quién criará y educará sus hijos?
  4. ¿Quién, además, mantendrá en orden sus hogares?
  5. ¿Cuál sería su mayor prioridad, su casa o sus fieles?
  6. ¿Cómo podría una mujer trabajando tiempo completo (pues el pastorado es muy demandante), ser ejemplo de la conducción del hogar para otras damas?
  7. Si dejamos de lado “la segura palabra profética” para centrarnos en argumentos de corte social, ¿seguiremos siendo una iglesia bíblica?
La experiencia deja ver que aunque los hijos resientan la ausencia del padre -y muchos hijos de pastores manifiestan esa carencia-, ¡cuánto más la de una madre!
Muchos hogares hoy están poblados de niños huérfanos de padres vivos y las consecuencias están a la vista. 
Dar pasos en la dirección mencionada, solo por una presión social, ¿no nos alejaría del ideal bíblico? ¿No recargaría aún más las pesadas responsabilidades de las mujeres? Creo en este asunto que -en relación a lo que se espera obtener-, las pérdidas serían muy superiores a los beneficios.
El modelo femenino de la Palabra de Dios muestra que la mujer -creada por Dios para un alto destino-, no debiera seguir en la dirección del mundo sino buscar realizarse dentro del ideal divino.
¡Qué maravilloso cuadro pinta el Señor de la mujer que vive de acuerdo a su voluntad!
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” Proverbios 31:10-12
No se presenta a la mujer en este capítulo como una infeliz esclava de su marido o de las tareas del hogar, sino como una alta ejecutiva que dispone todo para la felicidad de los suyos; que coloca el bienestar de los que ama antes que la engañosa “realización personal” tan fieramente declamada. Es ante todo esposa y madre, sin renunciar a ser empresaria, artesana, comerciante, laboriosa y consejera llena de autoridad; no dejando de ser por ello una fiel misionera.
Sigue diciendo: “Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.” Proverbios 31:13-31
La mujer alabada aquí es la que se ocupa fielmente de su casa y dirige sus asuntos y los de su familia en el temor de Dios ¿Lo has notado?

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA MUJER III

“A la mujer le dijo: `Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará´”. Génesis 3:16 (NVI)
Lo que sigue, ¡son malas noticias para los machistas...!
Esta declaración de las Escrituras, que ha sido grandemente distorsionada y malentendida por muchos hombres a lo largo de los siglos, trajo una secuela de abusos, discriminación y maltrato.
Pero no hay nada en el texto que indique que las mujeres deban ser reducidas a un objeto, teniendo que estar bajo una tiranía varonil, o que estos tengan algún tipo de derecho divino para oprimirlas a su antojo. No se presenta en este texto una maldición, sino una descripción de los resultados del pecado de Eva -y de las Evas que le seguirían-.
Basta leer un poco la Biblia, para notar que entre en pueblo de Dios de todas las épocas hubo un estado de cosas diferente al del resto. Aunque la sociedad patriarcal, el pueblo de Israel y los primeros cristianos vivieron inmersos en una sociedad predominantemente masculina, no obstante, el trato hacia la mujer tenía grandes diferencias con el resto de las naciones.Tenían derechos legalmente reconocidos y mayor protagonismo que las damas en los pueblos circundantes.
Bastan como ejemplo algunos casos:
  • Abrahám y Sara. En Génesis 16 aparece ella tomando las decisiones en cuanto a darle su sierva para que pudiera tener hijos; se la ve además recriminando al patriarca el menosprecio de Agar y haciéndola expulsar del hogar. No se parece en nada a un relato machista, ¿verdad?
  • Las hijas de Zelofehad (ver Números 27). Las tierras pertenecían legalmente siempre a los hombres. No obstante, estas cinco jóvenes se presentan ante Moisés para reclamar el derecho a la herencia paterna. Moisés consulta a Dios y éste aprueba la petición de las niñas. ¿Discriminación? No.
  • Débora. Ocupaba el triple cargo de jueza, profetisa y líder de Efraín, siendo consultada además por las otras tribus de Israel. Que una mujer ostentara tales responsabilidades no solo demuestra que la Biblia no rebaja a las mujeres, sino que era aceptable en esa época que tuvieran puestos de liderazgo.
  • Abigail. En 1ª Samuel 25 esta mujer casada con el rico terrateniente Nabal, aparece siendo consultada por los siervos de su esposo ante la inminencia del ataque del enojado David. No solo sus siervos ejecutan sus órdenes sin chistar, sino que el mismo David se somete a su razonamiento ¡No parece aquí que las mujeres no tuvieran voz en aquellos tiempos!
¿Qué hay del Nuevo Testamento?
Jesús mismo tuvo trato especial con muchas mujeres a lo largo de su vida terrenal; la samaritana, la sirofenisa, la mujer sorpendida en adulterio, María y Marta de Betania, etc. Las sanó, las reivindicó, las ayudó y convirtió sus corazones. Habló de mujeres en sus enseñanzas y parábolas y en todos los casos las dignificó. No solamente tenía hombres como seguidores, sino que también lo seguían y apoyaban varias mujeres, tal como lo demuestra el siguiente texto: “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas... y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes”. Lucas 8:1-3
Pablo -acusado de misógino y machista por algunos-, tenía entre su equipo ministerial algunas mujeres a las que saluda en sus cartas. Solo en Hechos 16 nombra las siguientes: Febe, Evodia, Síntique, Priscila, María, Trífena y Trifosa, Julia y a la hermana de Nereo.
La mujer en la Biblia aparece con una esfera de acción mucho más amplia que el de simple fregona y niñera. Es que el plan de Dios incluye ambos sexos en la proclamación del mensaje de salvación.
Hace ya casi un siglo, Elena de White escribió: “Los adventistas del séptimo día no deben de ninguna manera despreciar la obra de la mujer. Si una mujer confía el trabajo de su casa a una ayudante fiel y prudente, y deja a sus niños bajo buen cuidado, mientras ella trabaja en la obra, la asociación debe tener bastante sabiduría para comprender que es justo que reciba salario”  (Obreros Evangélicos, pág. 468. Año 1915).
Y agrega en otro de sus escritos: “Si las mujeres hacen el trabajo que no es el más agradable para muchos de los que trabajan en palabra y doctrina, y si su obra testifica que están llevando a cabo un trabajo que ha sido manifiestamente descuidado, ¿no debería esa obra considerarse tan rica en resultados como la obra de los ministros ordenados? ¿No debiera eso imponer el empleo de esa obrera?. . . Este asunto no deben resolverlo los hombres. El Señor ya lo ha resuelto. Debéis cumplir vuestro deber con las mujeres que trabajen en el Evangelio, cuya obra testifique que son indispensables para llevar la verdad a las familias. Su obra es justamente la que debe hacerse y debiera estimularse. En muchos sentidos una mujer puede impartir a sus hermanos un conocimiento que los hombres no pueden darles. La causa sufriría una gran pérdida sin esa clase de trabajo realizada por las mujeres. Una vez tras otra el Señor me ha mostrado que las maestras son tan necesarias como los hombres para la obra que Dios les ha designado” (Manuscrito 142, 1903).
Y ahora, ¡malas noticias para las feministas!...
Si bien el lugar de las mujeres en la iglesia es significativo y debe ser reconocido, esto no significa que el orden asignado a hombres y mujeres en el Edén después de la caída haya perdido vigencia.
Las siguientes instrucciones paulinas, aunque controversiales, iluminan otro aspecto del lugar de la mujer en la iglesia.
  1. “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo... Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón... Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón”. 1ª Corintios 11:3,8,9,11 (ver también Efesios 5:23).
Correctamente entendido, este pasaje (referido a problemas de la iglesia de Corinto), coloca a la mujer bajo la autoridad del hombre, así como éste se halla bajo la autoridad de Dios. El propósito del consejo era evitar las contiendas, la falta de decoro y otras situaciones que fuesen ofensivas a la sociedad de sus tiempos (véase vers. 16).
  1. “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”. 1ª Corintios 14:34,35
De la misma manera, en la sociedad oriental de sus días, la ley excluía a las damas de los asuntos públicos y del culto, por lo que una intervención femenina era muy mal vista. En nuestros días ese problema no tiene la misma dimensión, pero el consejo permanece en cuanto a que la mujer debe estar sujeta a su marido.
  1. “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”. 1ª Timoteo 2:9-15
Una vez más, las mujeres son llamadas a ser ejemplo de virtudes y a evitar contiendas, lo cual recomendaría grandemente el evangelio. No es descuidando sus deberes y enredándose en discusiones como darían mejor testimonio.
Resulta extraño al espíritu de la Biblia que hombres y  mujeres compitan entre sí  o que quieran ejercer un dominio tiránico sobre su pareja. Aunque la mujeres puedan (y deban) asumir responsabilidades en la sociedad y en la iglesia, haciendo buenas obras con humildad y modestia, el cuidado del hogar y de los hijos debe seguir siendo la prioridad número uno para ellas. 
Es acertado aplicar aquí el siguiente texto: "si alguno no provee para los suyos y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo" 1ª Timoteo 5:8
Dejo para la siguiente entrada el rol de la mujer en la actualidad, tanto en el hogar como en la iglesia.