viernes, 12 de junio de 2009

LOS 144000 SELLADOS II

Ya vimos quienes no formarán parte de los 144000. Aquellos que dan lugar a cualquier tipo de idolatría no tomarán parte en el sellamiento divino y recibirán en cambio el sello contrario, es decir, tendrán la marca de la bestia.
Resta solamente determinar quienes realmente forman este privilegiado grupo.
Hay algunas cosas claras sobre ellos. Son especiales. Tienen características que los hacen distintos. Pero no son características propias, sino que las recibieron de Dios mismo (su sello). Además, ellos son sellados con el propósito de resistir la furia de los vientos del conflicto final.
Pertenecen sin duda a la última generación de fieles, los que estarán vivos para ver la segunda venida de Cristo.
A esto se refería Pablo cuando afirmó: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". 1 Tesalonicenses 4:16
Me gustó esta cita: "Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia, deben reflejar plenamente la imagen de Jesús".-PE 71 (1851).
Nuestro carácter debe llevar el sello divino, ¡qué pensamiento extraordinario!
Los 144.000 son marcados simbólicamente para el cielo ¿En que consiste ese sello o marca?
La siguiente mención de los 144.000 sellados que nos puede dar pistas, se halla en Apocalipsis 14:1-5"Después miré, y vi que el Cordero estaba de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Oí una voz del cielo como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno. La voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender el cántico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes.
Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios".
No se contaminaron con mujeres...en sus bocas no fue hallada mentira...son sin mancha...
Todas estas declaraciones indican una perfecta conformidad con la voluntad de Dios en sus vidas. La obediencia a sus mandamientos, no obstante, es el sello de la obra que el Señor hizo en sus vidas, no el resultado de humanos esfuerzos.
Pero, pensarán algunos, gran parte de la humanidad y de los cristianos en general aparentemente no tiene problemas con los Diez Mandamientos.
Bueno... con nueve...
El único mandamiento en conflicto se encuentra en el centro mismo del decálogo e invita a reconocer a Dios como Creador guardando el día de reposo establecido por Él mismo. El séptimo día de la semana, que es el sábado, es el sello de su ley.
La adoración en ese día llegará a ser un tema de controversia global.
¿Cómo sucederá esto? Aun está en el futuro, pero ya están dadas todas las condiciones. El desprecio a toda clase de ley es hoy casi universal, y la misma idea de un Dios Creador que hizo aparecer la vida en este planeta en seis días literales es repudiada cada vez por mayor número de cristianos. Las profecías respecto al renacimiento de la persecución religiosa ya son una triste realidad en muchos países.
Pronto llegará el tiempo en que la estricta obediencia a los mandamientos será probada hasta el límite, cuando los cristianos tendrán que decidir entre la voluntad de Dios y la de los hombres. Pero esto no sucederá sin que primero todo ser humano haya hecho una decisión inteligente y haya tomado una posición definitiva sobre este asunto.
La hoy confusa línea entre justos e injustos será trazada entonces con el grueso e indeleble marcador de las pruebas divinas.
"Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente -no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles-, tan pronto como sea sellado y preparado para el zarandeo , éste vendrá".-4CBA 1183 (1902).
El sellamiento recogerá el trigo en el granero celestial, al tiempo que sacudirá a los vacilantes y echará al fuego final la cizaña de los que solo profesan la religión pero no se someten a su poder transformador.
"Estamos llegando a un tiempo cuando habrá una tristeza que ningún bálsamo humano podrá mitigar. Los ángeles guardianes están ahora reteniendo los cuatro vientos para que no soplen hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes; pero cuando Dios les ordene que los suelten, predominará una situación de contienda de tal naturaleza que ninguna pluma puede describirla". (Review and Herald, 14 de marzo, 1912).
Pronto el mundo será sacudido hasta sus cimientos cuando los terribles vientos de las pasiones humanas se desaten ya sin la intervención refrenadora del Espíritu Santo.
¿Qué debemos hacer?
En primer lugar, tenemos que reconocer que no podemos sellarnos a nosotros mismos. Dios debe hacerlo. Solamente por su gracia pueden salvarse los seres humanos de cualquier época. Sin embargo hay una obra que nos toca realizar.
Cuando alguien se está ahogando, lucha por permanecer a flote, y su misma lucha puede entorpecer la tarea de los rescatadores. Lo único que puede hacer en estos casos es simplemente rendirse y dejarse salvar.
De la misma manera procedemos muchos de nosotros, luchando equivocada y torpemente para impedir que Dios nos salve, dependiendo de nuestros débiles esfuerzos, en vez de luchar contra nuestra insensata autosuficiencia nacida del orgullo.
Solo así venceremos y podremos cantar el cántico de los 144.000, el canto de los que, aunque triunfantes en el conflicto más grande que hayan enfrentado los hombres, atribuyen toda la gloria y el mérito de su salvación al divino Cordero
"¿Estamos luchando hoy con todas las facultades que Dios nos dio para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez mayor, en procura de la perfección de su carácter? Cuando los siervos de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel registrador declarará: "Consumado es". Serán completos en él los que le pertenezcan por creación y por redención".-3MS 488 (1899).
Esta marca será conservada por la eternidad "Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes". Apocalipsis 22:4