viernes, 19 de junio de 2009

El terreno del corazón

Leí la Biblia por primera vez cuando tenía 12 años. Han pasado ya varias décadas desde esa gloriosa primera vez y sin embargo, cada día encuentro cosas nuevas y resplandecientes en ella, manantial inagotable de verdad y redención para los que, como yo, buscan beber de su bendecida fuente. Son de especial interés tanto para creyentes como para no creyentes, las parábolas contadas por Jesús.
Las maravillosas lecciones del mayor Maestro que conoció la humanidad se pueden examinar hasta el infinito y todavía quedaría mucho por decir. En la parábola del sembrador, una de las pocas que Jesús explicó, hay lecciones provechosas que podemos aprender.
Veamos el texto: "Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga". Mateo 13:3-9
La obra de Cristo y de sus siervos, representados aquí por el sembrador, es la de sembrar en toda clase de terrenos y aunque el resultado no sea el esperado, eso no nos debe hacer abandonar la tarea. Sabemos anticipadamente por la Escritura que muchas semillas serán sembradas en vano, pero eso no debe preocuparnos. Nuestra misión es sembrar, no producir el crecimiento.
Es en este punto que siento que debo pedir una disculpa a mis lectores por haberme ocupado en algún momento de revisar teorías que a mi juicio son erradas o intentar innecesariamente corregir "desviaciones" del evangelio en lugar de hacer mi tarea de sembrar la buena simiente.
En lo sucesivo espero dejar esta inquietud a otros e intentar que solo resplandezca la brillante luz del evangelio, sin la torpe interferencia de mi soberbia.
Al aclarar la parábola a sus discípulos, Jesús dijo lo siguiente: "Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto". Mateo 13:18-23
Podemos ver aquí cuatro clases de terrenos, tres tipos de fracasos, dos diferentes resultados y una sola clase de semillas.
Comencemos en orden inverso.
Hay una sola semilla habilitada por Dios para dar buen fruto, bien que el hombre por influjo de Satanás siembra toda clase de semillas de maldad, incredulidad, perversión, amargura, rebelión y descontento. Únicamente la buena simiente de la Palabra de Dios produce frutos para vida eterna. No hay otra que valga la pena dispersar. Pero no olvidemos que aún sembrando la buena simiente, el resultado no está garantizado. Muchos se perderán por propia elección y sin remedio, al no obedecer el mensaje de salvación que les fue anunciado.
Los resultados son únicamente dos y completamente opuestos. No interesa si la semilla brotó o no, o si creció rápida o lentamente, lo que interesa aquí es que de fruto. Si no da fruto su destino será a corto o largo plazo, ineludiblemente, la muerte.
Hay tres actitudes que hacen fracasar la siembra:
  • La falta de atención a las cosas espirituales por ocuparse demasiado en lo mundanal
  • El considerar la religión como una forma de liberarse de las aflicciones y los problemas en vez de un medio de alcanzar la salvación.
  • Finalmente el aceptar un evangelio parcializado, que no incluye la santificación del carácter.
Todas ellas tienen en común que no llegan al corazón del mensaje de salvación. No buscan un sincero arrepentimiento de sus pecados, un abandono del mal camino ni un cambio de corazón. No tienen en cuenta que el Señor pide una entrega sin reservas y se niegan a renunciar a sus propios criterios viciados por el pecado.
En lo que respecta a los tipos de terrenos, tipifican cuatro tipos de experiencia religiosa:
  • Los de junto al camino son los que, como Pedro en el pretorio, siguen a Cristo "de lejos". Tienen una religión marginal, identificada quizá con las doctrinas, los ritos y las prácticas o aún con la amistosa comunidad de la iglesia, pero ausente de un verdadero y radical compromiso con Dios.
  • En los sembrados en pedregales podemos encontrar a los que tienen una religión superficial, basada en emociones, pero sin afectar sus pensamientos, principios y valores. Sus malos deseos, sus defectos de carácter y sus ídolos permanecen intactos, listos a renacer a la primera adversidad. Nuestra experiencia en las cosas de Dios debe adquirir la profundidad que se obtiene sólo en medio de las pruebas.
  • Entre espinos son sembrados aquellos que ostentan orgullosamente una religión mundanalizada. Llevan el cartel de "muertos para el mundo", pero no se han separado realmente de el. Tratan de vivir la vida cristiana con el mínimo compromiso posible, intentando vanamente ganar el cielo sin perder los goces de este mundo. Sus argumentos incluyen frases como: "¿que tiene de malo usar esto o probar aquello...?"
  • En buena tierra cae la divina simiente cuando nuestro yo es subyugado por el amor de Jesús al punto de que su vida pasa a ser la nuestra. La tierra es apta para hacer prosperar la semilla cuando el yo ha sido crucificado y el Espíritu vive en nosotros por la fe. Los sentimientos, los pensamientos, deseos y aspiraciones son puestos constantemente bajo Su control y el enemigo no halla lugar para plantar su mala simiente.
¿Cómo está el terreno de tu corazón?

lunes, 15 de junio de 2009

ARIEL

Héctor Ariel Hein falleció el 12 de Junio de 2009.
Quizá para algunos sea solamente un lamentable dato estadístico en el cargado obituario de la humanidad.
Pero la suya fue una vida singular.
No se lo recordará en esta tierra como un gran conquistador o un iluminado estadista, o un ganador de almas para el reino de Dios. No fue un misionero enviado a tierras lejanas, un gran predicador ni un erudito en la Palabra de Dios.
Nada de esto. Fue un probador de corazones.
A poco de haber nacido, un accidente cerebral lo confinó a vivir como un parapléjico, postrado en una silla de ruedas. En sus 44 años de vida, jamás caminó ni pudo manejar su cuerpo a voluntad (aunque hablaba con mucho esfuerzo). Sin embargo, con la perseverante ayuda de sus padres y luego de Marcelo, tras innumerables sesiones de fisioterapia e incesante cuidado, pudo terminar la escuela primaria.
Poseía una memoria prodigiosa, y un interés especial por conocer todo. Entregó su vida a Cristo en su juventud y fue creyente hasta el final de sus días (El enfermero que lo cuidaba al fallecer sus padres me contó asombrado de su fiel testimonio y su conocimiento íntimo de la Biblia).
Tenía además un fino sentido del humor y reía con frecuencia a pesar de las continuas tragedias que lo alcanzaron a él y a los suyos.
No se si merezco el honor de poder llamarme su amigo, pero llegué a apreciar mucho a Ariel y a su querida familia.
¿Por qué permitió Dios que sufriera tanto? ¿Qué sentido tiene una vida así?
Dios no se equivoca, y ningún ser humano nace por casualidad o por error. Todos nosotros estamos aquí para un propósito especial. En el vasto y doliente mar de la humanidad, seguramente su invalidez no carecía de objetivo.
Creo firmemente, aunque parezca difícil de entender, que Ariel tuvo que pasar por esta condición, no para sí, sino en nuestro beneficio.
El Señor pone a las personas como Ariel entre nosotros con un propósito especial, como dice la cita que sigue:
"Dios se propone que los enfermos, los desventurados, aquellos que están poseídos por malos espíritus, oigan su voz a través de nosotros. Por medio de sus agentes humanos, él desea ser un consolador, tal como el mundo jamás ha visto antes. Sus palabras deben ser dichas por sus seguidores: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí".
El Señor obrará por medio de cada alma que se entregue a sí misma para trabajar, no solamente para predicar, sino para asistir a los desconsolados e inspirar esperanza en los corazones que no la tienen. Estamos para hacer nuestra parte en aliviar y suavizar las miserias de esta vida... Hay necesitados cerca de nosotros; los dolientes están en nuestros propios lindes. Debemos tratar de ayudarlos. Con la gracia de Cristo, las fuentes selladas de la obra ferviente, semejante a la de Cristo, han de ser abiertas. En la fortaleza de Aquel que tiene toda la fortaleza, hemos de trabajar como jamás hemos trabajado antes" (Manuscrito 65b, 1898).
En la parábola del juicio de las naciones, la identidad de los siervos de Dios no se basa en lo que creen, ni en lo que predican, y absolutamente no en cuan buenos son; lo que los califica es su servicio al desventurado, al doliente y al desfavorecido.
"Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis". Mateo 25:37-40
El sufrimiento ajeno, si bien es causado por Satanás, el Señor lo utiliza provechosamente para probar los corazones de sus profesos seguidores. Nuestra respuesta de amor hacia los que sufren determina cuan bien reflejamos el carácter de nuestro Salvador. ¿Cómo actuaba Jesús ante ellos?
"Cristo identifica su interés con el de la doliente humanidad... No nos ha dejado en tinieblas respecto a nuestro deber... declara que el trato dado al más pequeño de sus hermanos es alabado o condenado como si hubiera sido hecho a él mismo. Dice: "A mí lo hicisteis" o "ni a mí lo hicisteis"...Tal es la compasión de Cristo que nunca se permite a sí mismo ser un espectador indiferente de cualquier sufrimiento ocasionado a sus hijos. Ni la más leve herida puede ser hecha de palabra, intención o hecho que no toque el corazón de Aquel que dio su vida por la humanidad caída. Recordemos que Cristo es el gran corazón del cual fluye la sangre de vida hacia cada órgano del cuerpo. El es la cabeza, desde la cual se extiende cada nervio hacia el más diminuto y más remoto miembro del cuerpo. Cuando sufre un miembro de este cuerpo, con el cual Cristo está tan misteriosamente conectado, la vibración del dolor es sentida por nuestro Salvador". Ministerio de la Bondad pág. 26
El evangelio que ha de ser predicado a todo el mundo, tiene mayor poder transformador no cuando tenemos buenos predicadores, sino cuando la misericordia, la bondad y la compasión se encienden en sus hijos y se transmiten al dolorido mundo que los rodea.
Tenemos un deber casi olvidado a ese respecto. Como Jesús debemos preocuparnos por alcanzar primero las necesidades de la gente y especialmente las de nuestros hermanos creyentes menos favorecidos. Se nos pedirá especial cuenta de nuestra mayordomía en este sentido.
"¿Despertará la iglesia? ¿Sus miembros alcanzarán la simpatía de Cristo, de manera que tengan su misma compasión hacia las ovejas y corderos de su redil? Por ellos la Majestad del cielo se humilló a sí misma; por ellos, él vino a un mundo agostado y estropeado con la maldición; se esforzó día y noche para enseñar, para elevar y dar eterno gozo a los ingratos y desobedientes. Por ellos él se hizo pobre, para que por medio de su pobreza ellos fueran hechos ricos. Por ellos se negó a sí mismo; por ellos soportó la privación, el escarnio, el desprecio, el sufrimiento y la muerte. Por ellos él tomó la forma de un siervo. Este es nuestro modelo, ¿lo imitaremos? ¿Tendremos cuidado por la heredad de Dios? ¿Fomentaremos una tierna compasión por los que yerran, los tentados y los probados?" (Carta 45, 1894).
Aunque no pueda él escuchar ya mi voz ni enterarse de mis palabras, cuando los ojos de Ariel vuelvan a abrirse, ya en perfecta salud; cuando nos reunamos en la Tierra Nueva que gozaremos al venir nuestro Señor, quisiera estar allí para abrazarlo y poder contarle que su vida nos hizo a quienes lo conocimos, un poco más sensibles al dolor ajeno, mejores y más dedicados siervos de Dios.

viernes, 12 de junio de 2009

LOS 144000 SELLADOS II

Ya vimos quienes no formarán parte de los 144000. Aquellos que dan lugar a cualquier tipo de idolatría no tomarán parte en el sellamiento divino y recibirán en cambio el sello contrario, es decir, tendrán la marca de la bestia.
Resta solamente determinar quienes realmente forman este privilegiado grupo.
Hay algunas cosas claras sobre ellos. Son especiales. Tienen características que los hacen distintos. Pero no son características propias, sino que las recibieron de Dios mismo (su sello). Además, ellos son sellados con el propósito de resistir la furia de los vientos del conflicto final.
Pertenecen sin duda a la última generación de fieles, los que estarán vivos para ver la segunda venida de Cristo.
A esto se refería Pablo cuando afirmó: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". 1 Tesalonicenses 4:16
Me gustó esta cita: "Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia, deben reflejar plenamente la imagen de Jesús".-PE 71 (1851).
Nuestro carácter debe llevar el sello divino, ¡qué pensamiento extraordinario!
Los 144.000 son marcados simbólicamente para el cielo ¿En que consiste ese sello o marca?
La siguiente mención de los 144.000 sellados que nos puede dar pistas, se halla en Apocalipsis 14:1-5"Después miré, y vi que el Cordero estaba de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente. Oí una voz del cielo como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno. La voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender el cántico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes.
Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios".
No se contaminaron con mujeres...en sus bocas no fue hallada mentira...son sin mancha...
Todas estas declaraciones indican una perfecta conformidad con la voluntad de Dios en sus vidas. La obediencia a sus mandamientos, no obstante, es el sello de la obra que el Señor hizo en sus vidas, no el resultado de humanos esfuerzos.
Pero, pensarán algunos, gran parte de la humanidad y de los cristianos en general aparentemente no tiene problemas con los Diez Mandamientos.
Bueno... con nueve...
El único mandamiento en conflicto se encuentra en el centro mismo del decálogo e invita a reconocer a Dios como Creador guardando el día de reposo establecido por Él mismo. El séptimo día de la semana, que es el sábado, es el sello de su ley.
La adoración en ese día llegará a ser un tema de controversia global.
¿Cómo sucederá esto? Aun está en el futuro, pero ya están dadas todas las condiciones. El desprecio a toda clase de ley es hoy casi universal, y la misma idea de un Dios Creador que hizo aparecer la vida en este planeta en seis días literales es repudiada cada vez por mayor número de cristianos. Las profecías respecto al renacimiento de la persecución religiosa ya son una triste realidad en muchos países.
Pronto llegará el tiempo en que la estricta obediencia a los mandamientos será probada hasta el límite, cuando los cristianos tendrán que decidir entre la voluntad de Dios y la de los hombres. Pero esto no sucederá sin que primero todo ser humano haya hecho una decisión inteligente y haya tomado una posición definitiva sobre este asunto.
La hoy confusa línea entre justos e injustos será trazada entonces con el grueso e indeleble marcador de las pruebas divinas.
"Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente -no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles-, tan pronto como sea sellado y preparado para el zarandeo , éste vendrá".-4CBA 1183 (1902).
El sellamiento recogerá el trigo en el granero celestial, al tiempo que sacudirá a los vacilantes y echará al fuego final la cizaña de los que solo profesan la religión pero no se someten a su poder transformador.
"Estamos llegando a un tiempo cuando habrá una tristeza que ningún bálsamo humano podrá mitigar. Los ángeles guardianes están ahora reteniendo los cuatro vientos para que no soplen hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes; pero cuando Dios les ordene que los suelten, predominará una situación de contienda de tal naturaleza que ninguna pluma puede describirla". (Review and Herald, 14 de marzo, 1912).
Pronto el mundo será sacudido hasta sus cimientos cuando los terribles vientos de las pasiones humanas se desaten ya sin la intervención refrenadora del Espíritu Santo.
¿Qué debemos hacer?
En primer lugar, tenemos que reconocer que no podemos sellarnos a nosotros mismos. Dios debe hacerlo. Solamente por su gracia pueden salvarse los seres humanos de cualquier época. Sin embargo hay una obra que nos toca realizar.
Cuando alguien se está ahogando, lucha por permanecer a flote, y su misma lucha puede entorpecer la tarea de los rescatadores. Lo único que puede hacer en estos casos es simplemente rendirse y dejarse salvar.
De la misma manera procedemos muchos de nosotros, luchando equivocada y torpemente para impedir que Dios nos salve, dependiendo de nuestros débiles esfuerzos, en vez de luchar contra nuestra insensata autosuficiencia nacida del orgullo.
Solo así venceremos y podremos cantar el cántico de los 144.000, el canto de los que, aunque triunfantes en el conflicto más grande que hayan enfrentado los hombres, atribuyen toda la gloria y el mérito de su salvación al divino Cordero
"¿Estamos luchando hoy con todas las facultades que Dios nos dio para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez mayor, en procura de la perfección de su carácter? Cuando los siervos de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel registrador declarará: "Consumado es". Serán completos en él los que le pertenezcan por creación y por redención".-3MS 488 (1899).
Esta marca será conservada por la eternidad "Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes". Apocalipsis 22:4

viernes, 5 de junio de 2009

LOS 144000 SELLADOS I

En una oportunidad oí decir a una persona mayor que la computadora es del diablo y que la Biblia (supuestamente en Jeremías 9:21) mencionaba a Windows (ventanas en español) como causante de que nuestros jóvenes se pierdan. Aunque reconozco la buena intención del que lo afirmaba, resulta bastante risible la aplicación del texto.
En cuanto a la interpretación de algunas partes de la Biblia y en particular del Apocalipsis, es muy fácil dejarse llevar por la fantasía o por la imaginación. Por eso es necesario entender lo que el texto mismo dice, evitando colocar nuestra opinión por sobre lo que afirma.
Mucho se ha escrito y dicho sobre los 144.000 sellados y no queda claro que significa o quienes forman esta singular hueste. Aunque el tema da para mucho, no es mi propósito ser exhaustivo ni dar una opinión definitiva. Solamente quiero presentar mis ideas al respecto.
Tres preguntas nos guiarán en nuestro estudio:
  • ¿Quienes son los 144.000?
  • ¿Qué es el sellamiento?
  • ¿Quiénes serán sellados?
Examinemos el primer texto: "Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles... diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados". Apocalipsis 7:1-8
En principio, podemos sacar más información de lo que no dice expresamente el texto bíblico de lo que sí afirma.
No se trata aquí de una nación en particular ni de un número literal de personas, pues entonces serían solamente judíos varones, quienes integran este grupo y no contarían los niños o las mujeres.
En las distintas listas de las tribus de Israel que figuran en el registro bíblico, por otra parte, no se toma en cuenta a los levitas ni aparece la tribu de José. Es también notoria la ausencia de las tribus de Efraín y Dan de esta enumeración.
¿Casualidad? No. La lista presentada aquí tiene un significado espiritual muy marcado.
Las dos tribus citadas fueron las que más notablemente se apartaron de la voluntad de Dios a la idolatría. Baste recordar los terribles relatos de las imágenes de Micaía en el libro de Jueces capítulos 17-18 o la apostasía de Jeroboam (ver la entrada Religión a medida).
Es que la idolatría de cualquier tipo excluye al Espíritu de nuestra vida. Si el Espíritu no es escuchado y obedecido, sin su voz que convence, no hay posibilidad alguna de salvación.
"Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino...". Efesios 5:5
"Pero los... idólatras... tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda". Apocalipsis 21:8
"Mas los perros estarán fuera, y los idólatras...." Apocalipsis 22:15
El apóstol Pablo advierte de la gravedad de este pecado y de sus consecuencias: "Y no contrastéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención". Efesios 4: 30.
La siguiente cita explora los efectos prácticos de rechazar o aceptar al Espíritu:
"Es algo serio contristar al Espíritu Santo; y se lo contrista cuando el instrumento humano trata de trabajar él mismo y rehúsa entrar en el servicio del Señor debido a que la cruz es demasiado pesada o la negación de sí mismo demasiado grande. El Espíritu Santo trata de morar en cada alma. Si se le da la bienvenida como a un huésped honrado, los que lo reciben llegarán a ser completos en Cristo" -CH 561.
Queda claro entonces que los que se apegan a sus ídolos y rechazan la voz del Testigo Fiel por medio de su Espíritu no formarán parte de esta compañía.
Veremos más adelante otras características de este grupo de 144.000 sellados.
Pero ahora, por sobre todo, recuerda, el Señor te llama hoy al arrepentimiento y al abandono de toda idolatría. ¿Responderás afirmativamente?
Continuamos en la siguiente entrada.