martes, 4 de enero de 2011

¿SE PUEDE VIVIR SIN PECAR?

"Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios". 1 Juan 3:7-9
He aquí una pregunta que ha desvelado tanto a teólogos como a creyentes comunes de todos los tiempos: ¿Es posible vivir sin pecar?
Se han dado a este dilema varias respuestas, algunas sinceras, otras acomodaticias, algunas engañosas, y otras que solo intentan esquivar la cuestión.
Las resumo en estas:
  • Sí es posible
  • Sí, pero no en esta vida
  • Lo lograremos antes del fin
  • Es imposible en la práctica
  • No, siempre pecaremos de algún modo
  • No lo sabemos
Esta pregunta es vital, pues tiene que ver con la manera en que entendemos el perdón, la salvación, la justificación y la santificación. Me gustaría por un tiempo recibir los comentarios de los lectores y ver el resultado de la encuesta antes de escribir mi punto de vista.
Les desafío a aportar con ánimo sincero y sin dogmatismos en este delicado asunto. No tenemos que convencer a nadie ni pontificar; la honestidad intelectual y espiritual es lo único que nos llevará a comprender la verdad tal como es en Jesús.
Les dejo algunos pocos textos de la Escritura que pueden ayudarnos a ver la relación de Cristo con el pecado y orientar nuestro pensamiento:
  • "¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?" Juan 8:46
  • "viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí". Juan 14:30
  • "Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". Hebreos 4:14-16
Queda entonces por ver qué sucede con el elemento humano.
Bendiciones en Cristo
Willy

2 comentarios:

  1. Yo bien creo que sí podemos vivir sin pecar. Como bien se dice en 1 Juan 3:7-9, todo aquel que es nacido en Dios no practica pecado, porque permanece en Él.
    En primer lugar, se debe tener en cuenta el verdadero significado de la palabra pecado: es la transgresión VOLUNTARIA de un precepto tenido por bueno...o sea, es estar en una posición contraria a la voluntad del Señor, según el propio deseo. Y este deseo coincide con seguir al diablo.
    Todo cristiano sabe que el hombre es pecador (a excepción del único humano que vivió sin pecado, nuestro Señor Jesucristo); ahora, en esta verdad, nadie podría vivir sin pecado y todos estaríamos condenados por siempre, porque claramente Dios no podría dar la vida eterna a quienes son contrarios a Su palabra. Y no existiendo alguna persona que no haya pecado, ¿Cómo podríamos evitar la condena? La respuesta está en Jesús mismo: nuestro Señor, en Su infinito amor, envió a su Hijo para reconciliarnos con Él y ser nuevas criaturas al creer en Su sacrificio en la cruz, en Su palabra y al arrepentirnos de corazón por haberlo ofendido tan injustamente, cuando nos ama sin medida. Bien claro es: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios." (Juan 3:16-21)
    Por lo que luego de nuestra conversión dejamos de ser quienes éramos, perdemos nuestra condición de pecadores ante los ojos del Señor, y así Él no nos condena a la muerte eterna: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17)
    Nadie podrá pagar con sus propias obras este inmerecido regalo. Estamos hablando de obtener la salvación, de cambiar nuestra naturaleza pecaminosa, de recibir Su amor totalmente cuando sólo merecemos Su ira. Somos salvos por la fe, que ni siquiera es nuestra: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).
    Si ni la fe nos pertenece, si nuestros propios esfuerzos para cambiarnos a nosotros mismos son vanos...¿Cómo podemos dejar de pecar? La maravillosa respuesta es de nuevo la misma. No actuaremos por voluntad propia, sino por la del Señor. No dejaremos de pecar por nuestra imperfecta insistencia en el bien, sino por la obra de Él en nosotros.
    La Palabra de Dios nos dice que seremos tentados a hacer el mal. Mas Él es nuestro escudo, Él nos protegerá del pecado ("El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente." Proverbios 2:7). Por eso, debemos dejar de insistir en vencer al diablo con nuestras propias fuerzas, ya que jamás lo lograremos. La única forma de lograr su derrota, es entregarnos al Señor por completo, amándole más que a nada, más que a cualquier persona en este mundo, más que a cualquier cosa terrenal, más que a nosotros mismos. Y esto significa dar todo de sí.

    Porque la total entrega de nuestra alma a quien nos ha amado hasta el punto de morir por nosotros...es lo mínimo que podemos hacer.

    ResponderEliminar
  2. Willy, buen punto con este tema.
    Pareciera ser que la confusión en medio de los llamados cristianos es grande, todo este tema del "pecado" se mira como el monstruo al cual con las propias fuerzas se debe enfrentar.
    Pero hay que considerar que el que está en Cristo es Nueva criatura 2 Cor. 5:17 y esto implica que ya no es el mismo pues ha cambiado; y por lo tanto, el pecado no le domina (Romanos 6:14) en otras palabras no se deleita ahora en hacer y vivir en pecado, no es parte de sus prácticas habituales (1° Juan 3:9)
    El pecado en la vida del creyente no es la vida misma, sino que es un accidente y cuando esto sucede se puede recurrir la perdon del Señor Jesucristo (1° Juan 2:1)
    La idea trascendente no es qué hago sino en quién estoy, y no es por que yo fulano NO PECO sino que NO PECO precisamente porque estoy EN CRISTO.
    Bien en esto vale tomarse de las palabras de San Pablo "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy" (1° Corintios 15:10) La gracia que nos salva del pecado, es la misma que nos ayuda para vivir triunfantes sobre él

    ResponderEliminar

Para cuestiones particulares que requieran respuesta, por favor envíame un mail a willygrossklaus@gmail.com