“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” Apocalipsis 14:12.
Después
de haber sanado a un ciego de nacimiento, Jesús presenta su alegoría
del buen pastor. En el capítulo 10 de Juan, se desarrolla una sólida
teología de la iglesia que haríamos bien en considerar.
Habiendo
centenares de grupos religiosos cristianos, algunos dudan acerca de
cual es la iglesia verdadera. Otros más sostienen que no importa
pertenecer a una iglesia en particular, pues “todas llevan a Dios”. Un
creciente número duda incluso de la necesidad de que exista una iglesia,
y afirman que las denominaciones cristianas están solo para sacar
dinero y dominar a la gente.
¿Qué
dice la Biblia? y aún más importante ¿que afirmó Jesús mismo? Comenzó
su discurso diciendo que hay un solo redil, un solo rebaño verdadero y
un solo pastor. También hay una sola puerta de entrada, y quien no entre
por ella es un “delincuente espiritual”.
“De
cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de
las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre
el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y
las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de
ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” (vers.1-4 ).
Veamos ahora quienes son y que significan los personajes de esta alegoría:
Así
puestos todos ellos, vemos que dentro de la iglesia coexisten buenos y
malos, verdaderos y falsos juntamente. Hay trigo y cizaña, peces buenos y
peces malos, ovejas y cabritos; todos mezclados hasta el fin del
tiempo.
Personajes
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Características
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Significado y función
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El pastor
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Cristo (vers. 11)
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Es el fundamento de la iglesia,
su puerta de entrada y su pastor.
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El portero
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Los líderes de la iglesia
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Conducen a la puerta (Cristo)
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Las ovejas
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Los creyentes
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Obedecen y siguen al pastor,
conocen su voz.
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El ladrón
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Falsos pastores
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Viene para hurtar, matar y destruir
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El asalariado
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Falsos creyentes
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No le importan las ovejas,
huye del peligro.
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El lobo
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Satanás
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Arrebata las ovejas.
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El Señor proclamó “Yo soy la puerta de las ovejas” (vers.
7). Únicamente Jesús es camino y la entrada al reino de los cielos. No
hay lugar aquí para el relativismo, el universalismo o el ecumenismo. Es
una verdad meridianamente presentada en las Escrituras que solamente
hay salvación en Cristo. No hay otro medio (ver Hechos 4:12); no hay
otra forma de alcanzar la vida eterna sino por fe en los méritos de su
gracia.
¿Y quienes son las ovejas? Las que conocen al pastor y le siguen (obedecen).
El hecho de que exista un pastor y un rebaño implica que hay una iglesia verdadera que sigue al verdadero Pastor.
Además, el mensaje confirma que hay otros que están interesados en las ovejas pero con malos propósitos: “Todos
los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los
oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y
entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que
la tengan en abundancia” (vers.
8-10). Tengamos cuidado de no caer en las manos de ladrones, porque su
fruto, en vez de vida abundante, es desolación y muerte.
Así
como las ovejas no andan dispersas sino en rebaño, no hay cristianos
que anden aparte de su iglesia. Unirse a Cristo es unirse a su iglesia: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. ” (Hechos 2:47).
La
iglesia no puede salvar a nadie, pero nadie será salvo si no está
dentro del redil que es su verdadera iglesia en la tierra. Vale aquí
puntualizar que no todos los que se sientan en los bancos de la iglesia
son ovejas, ni todas las ovejas están ya dentro del redil.
Porque no todos los que están son, ni todos los que son están.
Esto lo veremos más adelante, al considerar el significado y la misión de la iglesia.
“Yo
soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas... Yo soy
el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (vers. 11,14).
Por
ahora nos toca asegurarnos de ser ovejas y de estar siguiendo al
verdadero pastor. El que oye la voz del buen Pastor le obedecerá. Esta
es la primera y fundamental condición. “Si me amáis, guardad mis mandamientos” Juan 14:15
La
consecuencia de haber sido rescatado del pecado -no el método de
salvación-, es la obediencia a los mandamientos. Obediencia que es fruto
del Espíritu morando en el creyente. Obediencia voluntaria, gozosa y
llena de amor hacia Aquel que dio su vida por nosotros. Quien de veras
cree y sigue a Jesús, guardará por la fe todos sus mandamientos.
¿Estás
oyendo la voz del verdadero Pastor o estás siguiendo otras voces? Este
es un asunto muy serio que afectará nuestra salvación y vida eterna.
Continuaremos en la siguiente entrada.
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