domingo, 1 de enero de 2012

ESTE ES EL DÍA

“Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.” Salmos 118:24
¿Vendrá Jesús en el 2.012...? ¿En este mes de enero...? ¿Podría venir hoy mismo...?
Llegó por fin el nuevo año. El tan mentado, esperado (y temido por algunos) año 2.012.
Se ha hecho mucho énfasis en esta fecha, y ha sido motivo de toda clase de especulaciones. Pero después de todo, es tan solo un día más de un año más. El comienzo de un nuevo ciclo que esta vez tiene 366 días (por ser bisiesto); una nueva órbita del planeta alrededor del sol. Solo eso.  
No obstante, a los seres humanos nos apasionan los ciclos. Le damos un sentido especial a estas fechas, ya se trate del año nuevo occidental, del año nuevo chino, o del nuevo año judío.
Nos gusta pensar en estos días como el comienzo de una nueva etapa, en la cual dejaremos atrás lo malo y tendremos una nueva experiencia; el fin de una era y el inicio de otra mejor, llena de augurios de felicidad. También la percibimos como una hoja en blanco, una nueva oportunidad para enderezar el rumbo. Eso es lo que se refleja en cada tarjeta de felicitación que enviamos o recibimos.
Otros, menos optimistas y más realistas lo ven como una amenaza. Un año plagado de catástrofes de todo tipo (ambientales, climáticas, económicas, sociales, etc.). El cine y las noticias se han hecho eco de todo eso.
Pero, ¿qué dice la Palabra de Dios?
Primero, dice claramente que no sabemos cuándo vendrá. Sus propósitos son independientes de las acciones humanas. Desde su majestuosa eternidad, el Señor lleva a cabo sus planes sin prisa y sin demora. Retornará en el día que determinó de antemano.
Sin embargo, tenemos las profecías para guiarnos en lo referente al tiempo de su venida. Todas ellas, más que hablar, gritan que Dios no se tardará más. Aunque algunos digan que ya pasaron demasiados años desde la promesa de su retorno, lo cierto es que Él vendrá. Y pronto.
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: Se van prolongando los días, y desaparecerá toda visión?... Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor“ Ezequiel 12:21,22,28
Podemos gozarnos en la completa seguridad de que el Dios que no miente prometió ejecutar su sentencia contra la tierra en justicia y con prontitud.
Por otro lado; si no es ahora, ¿cuándo?
Deberíamos esperar la venida de Cristo.
Deberíamos anhelar su pronto regreso.
Deberíamos clamar por él.
Ninguna otra cosa es más importante. Nada tiene mayor prioridad. Ruega a Dios que Jesús vuelva HOY mismo.
Si a nosotros nos va bien y el mundo sigue hundido en el pecado ¿de qué serviría?
Si por el contrario, nos va mal en este año, no nos desesperemos, porque pronto vendrá nuestro Salvador, para darnos la vida eterna.
¿Crees esto? ¿Pides cada día por su venida en gloria?
Aunque nuestros ruegos no serán nunca mayores que el intenso deseo del Señor de terminar de una vez para siempre con el problema del pecado. Está esperando que compartamos con celo ardiente, no solo la esperanza de que vuelva, sino una poderosa convicción.
Debemos querer con toda intensidad que venga ya.
Pidámosle que vuelva, y que vuelva pronto.
Abandonemos nuestros propios proyectos e intereses mundanos y centrémonos en Cristo, para mostrarle al mundo que de veras amamos su venida. Hablemos, trabajemos, testifiquemos y prediquemos acerca de ella. Dejemos de lado este año la complacencia egoísta, el amor por las cosas de este mundo, la búsqueda de placer terrenal, las dudas y el desánimo. No hay tiempo para eso.
Comparto contigo los pensamientos de una carta escrita por Elena de White a una persona vacilante en su fe: “Espero que no se desanime por ningún motivo. . . Dios quiere que sea libre, que crea, que tenga confianza y que deje de dudar. Quiera Dios ayudarla. . . Un nuevo año se abre ante nosotros. Sea éste un año feliz. . . Refúgiese en los brazos de Jesús y no se esfuerce por desprenderse de ellos. Crea en Dios, alábelo y siga adelante. Ya casi hemos llegado a casa.
El Señor viene. Levante la vista y regocíjese, porque su redención está cerca. Veo en Jesús a un Redentor compasivo y amante, que puede salvar hasta lo sumo a los que acuden a él. Deposite todo el peso de su ser en las promesas de Dios. Crea; tiene el privilegio de creer” (Carta 31, del 1º de enero de 1887). Cada Día con Dios pág. 9
¿Crees que Jesús vendrá, que el día de tu redención está cerca y que pronto iremos a casa?
Entonces sí que será un buen año. El año del retorno de nuestro querido Dios y Salvador Jesucristo. 

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