“Pero yo, en verdad, quedaré satisfecho con mirarte cara a cara, ¡con verme ante ti cuando despierte!”
Salmos 17:15 (Dios Habla Hoy)
Salmos 17:15 (Dios Habla Hoy)
Finalizando esta serie sobre las señales, quisiera hacer un resumen de lo abordado.
Existen una gran cantidad de señales con distintos propósitos, como señalé en entradas anteriores, pero el énfasis siempre estará puesto sobre las que tienen carácter escatológico; las relacionadas con el tiempo del fin.
De entre ellas, podemos distinguir a su vez dos clases diferentes, de acuerdo a quienes serían sus receptores.
Las primeras estaban destinadas tanto para creyentes como para no creyentes.
Se hallan desplegadas en el sermón profético de Mateo 24 y pasajes paralelos, entremezcladas en estrecho paralelismo con las señales de la destrucción de Jerusalén (70 DC).
Su propósito es despertar las conciencias adormecidos por el pecado.
A- Señales generales:
- Convulsiones en la naturaleza.
- Agitación política y social.
- Corrupción generalizada.
- Confusión en la esfera religiosa.
- El avance del evangelio en paises no cristianos.
Estas son las más espectaculares y podemos verlas cumplirse ante nuestros ojos tan solo con enterarnos de las noticias del día.
Los sucesos actuales eximen de comentarios. La intensidad y frecuencia con que estas noticias nos avasallan nos advierte que el tiempo de gracia para este mundo se aproxima raudamente a su fin.
B- Señales específicas para los creyentes:
Tienen como propósito confirmar la fe de los hijos de Dios, así como prevenirlos contra los engaños y ataques del enemigo. No son tan fáciles de advertir como las otras, porque se deben discernir por medio de la fe. Ellas son:
- Los engaños que afectarán las creencias y prácticas de la iglesia: “los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24: 3-5).
- La apostasía o apartamiento de la verdad, coronada por el último engaño del Anticristo: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo... os rogamos, hermanos...Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado” (2ª Tesalonicenses 2:1-3).
- El espíritu laodicense, de indiferencia espiritual y transigencia con el mundo: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:15-17).
- El avance del espiritismo dentro del cristianismo, con el fin de unir las iglesias bajo la bandera de Satanás: “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 16:13,14).
Pero el interés último del Señor, es que estas señales nos ayuden a preparar un carácter justo y puro, listo para ser trasladado al cielo. Para los creyentes, las señales indican que estamos cerca de casa, y que el reinado del mal pronto terminará. Solo deberían infundir temor en quienes no se han convertido de verdad.
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. (Lucas 21:25-28)
¡Qué maravilloso día será aquel cuando cantaremos de gozo al ver a Jesús!
“Pero yo, en verdad, quedaré satisfecho con mirarte cara a cara, ¡con verme ante ti cuando despierte!” Salmos 17:15 (Dios Habla Hoy)
Las señales dicen que ya se acerca ese momento glorioso.
En presencia estar de Cristo,
ver su rostro ¿que será,
cuando al fin, en pleno gozo,
mi alma le contemplará?
Coro
Cara a cara espero verle
cuando venga en gloria y luz;
cara a cara allá en el cielo
he de ver a mi Jesús.
Sólo tras oscuro velo
hoy lo puedo aquí mirar,
pero pronto viene el día
que su gloria ha de mostrar.
¡Cuanto gozo habrá con Cristo
cuando no haya más dolor,
cuando cesen los peligros
al abrigo de su amor!
Cara a cara ¡cuán glorioso
ha de ser así vivir,
ver el rostro de quien quiso
nuestras almas redimir!
Himnario Adventista Nº 165 (Grant C. Tullar - Trad. V. Mendoza)
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