JOSÉ, FIEL EN TODA CIRCUNSTANCIA
“No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:10).
- ¡Es imposible profe...! No se puede, si todos lo hacen...
Así protestaba una de mis alumnas del secundario cuando hablábamos de la pureza sexual. Es que ser puro y noble hoy en día aparenta ser algo casi imposible para la mayoría de los jóvenes.
Consideremos la historia de José, el joven vendido como esclavo por sus hermanos. Siendo el hijo mimado de un hombre rico, rodeado de comodidades, su futuro parecía brillante. Hasta que comenzó a tener sueños que despertaron la ira de sus hermanos y que lo llevaron para siempre fuera de la seguridad del hogar paterno.
Sin embargo, como toda crisis, ésta demostró lo que había en el corazón del joven ¿Qué pudo haber pensado en ese momento crucial?
Me gustó mucho la afirmación siguiente: “José consideró como la mayor calamidad que podría haberle ocurrido el ser vendido en Egipto; pero entonces vio la necesidad de confiar en Dios como nunca lo había hecho cuando estaba protegido por el amor de su padre. José llevó a Dios consigo a Egipto, y este hecho quedó de manifiesto por su comportamiento alegre, a pesar de su tristeza… este joven temeroso y amante de Dios fue una bendición en Egipto. Este hecho se hizo patente de una manera tan señalada que Potifar… lo convirtió más en un hijo que en un siervo. Es el propósito de Dios que los que le aman y honran también sean honrados, y que la gloria que se le da a Dios a través de ellos, se refleje sobre éstos mismos” (Recibiréis poder, pág. 258)
Parece lógico y natural rebelarse contra la adversidad, es lo que hace la mayoría.
No obstante, aquel muchachito soñador decidió vivir de una manera que honrase el nombre de Dios. En cada trabajo que hacía, ya fuera grande o pequeño, en cada responsabilidad que le daban, se desempeñaba con toda fidelidad. Las consecuencias no se hicieron esperar, tal como lo dice la cita anterior y lo confirman los textos siguientes de la Biblia:
Es notable su actitud en las pruebas, porque nada podía apartarlo de prestar un fiel servicio, ya sea en su hogar o como esclavo de Potifar, ya fuera echado en la cárcel o llevado al palacio de Faraón. Tampoco se dejó manejar por las circunstancias al tener la oportunidad de vengarse de sus hermanos, percibiendo la situación como proveniente de la mano de Dios.
Cuando fue acosado sexualmente por la mujer del capitán de la guardia, respondió: “No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9)
Ceder a la tentación suele verse hoy como algo inevitable. Pero al contrario de Eva, que se dirigió hacia la tentación, José corrió de ella. En vez de racionalizar la situación o pensar en su conveniencia, puso los intereses divinos en primer lugar.
Ni el sexo, ni el poder, ni la adversidad, ni la ingratitud ni los más altos honores lo corrompieron. Nada pudo variar su determinación inicial de ser fiel. La suya fue una vida que recomendaba a su Dios y que en todo cumplía el consejo de Pablo a los siervos cristianos: “No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:10).
Tu vida y la mía, ¿”adornan” el cristianismo con sus mejores galas?
“No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:10).
- ¡Es imposible profe...! No se puede, si todos lo hacen...
Así protestaba una de mis alumnas del secundario cuando hablábamos de la pureza sexual. Es que ser puro y noble hoy en día aparenta ser algo casi imposible para la mayoría de los jóvenes.
Consideremos la historia de José, el joven vendido como esclavo por sus hermanos. Siendo el hijo mimado de un hombre rico, rodeado de comodidades, su futuro parecía brillante. Hasta que comenzó a tener sueños que despertaron la ira de sus hermanos y que lo llevaron para siempre fuera de la seguridad del hogar paterno.
Sin embargo, como toda crisis, ésta demostró lo que había en el corazón del joven ¿Qué pudo haber pensado en ese momento crucial?
Me gustó mucho la afirmación siguiente: “José consideró como la mayor calamidad que podría haberle ocurrido el ser vendido en Egipto; pero entonces vio la necesidad de confiar en Dios como nunca lo había hecho cuando estaba protegido por el amor de su padre. José llevó a Dios consigo a Egipto, y este hecho quedó de manifiesto por su comportamiento alegre, a pesar de su tristeza… este joven temeroso y amante de Dios fue una bendición en Egipto. Este hecho se hizo patente de una manera tan señalada que Potifar… lo convirtió más en un hijo que en un siervo. Es el propósito de Dios que los que le aman y honran también sean honrados, y que la gloria que se le da a Dios a través de ellos, se refleje sobre éstos mismos” (Recibiréis poder, pág. 258)
Parece lógico y natural rebelarse contra la adversidad, es lo que hace la mayoría.
No obstante, aquel muchachito soñador decidió vivir de una manera que honrase el nombre de Dios. En cada trabajo que hacía, ya fuera grande o pequeño, en cada responsabilidad que le daban, se desempeñaba con toda fidelidad. Las consecuencias no se hicieron esperar, tal como lo dice la cita anterior y lo confirman los textos siguientes de la Biblia:
- “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio”.
- “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel”.( Génesis 39:21)
- “No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.” (Génesis 39:23)
Es notable su actitud en las pruebas, porque nada podía apartarlo de prestar un fiel servicio, ya sea en su hogar o como esclavo de Potifar, ya fuera echado en la cárcel o llevado al palacio de Faraón. Tampoco se dejó manejar por las circunstancias al tener la oportunidad de vengarse de sus hermanos, percibiendo la situación como proveniente de la mano de Dios.
Cuando fue acosado sexualmente por la mujer del capitán de la guardia, respondió: “No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9)
Ceder a la tentación suele verse hoy como algo inevitable. Pero al contrario de Eva, que se dirigió hacia la tentación, José corrió de ella. En vez de racionalizar la situación o pensar en su conveniencia, puso los intereses divinos en primer lugar.
Ni el sexo, ni el poder, ni la adversidad, ni la ingratitud ni los más altos honores lo corrompieron. Nada pudo variar su determinación inicial de ser fiel. La suya fue una vida que recomendaba a su Dios y que en todo cumplía el consejo de Pablo a los siervos cristianos: “No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:10).
Tu vida y la mía, ¿”adornan” el cristianismo con sus mejores galas?
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