sábado, 28 de agosto de 2010

ILUSIONES ÓPTICAS

"Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo". 2ª Corintios 11:3
Alicia no lo podía creer.
Había llevado a la escuela en que trabajaba, una lámina con una ilusión óptica como la de la imagen. A todos nos costaba creer que las líneas oscuras fueran iguales. Pero mi colega, después de mirarlas largo rato y de medirlas luego con una regla, exclamó:
- Parece que son iguales, pero...¡no, no es posible, no lo puedo creer!
Es impresionante como, no solamente la vista, sinó todos nuestros sentidos nos pueden engañar. Estos no son infalibles, pues dependen de la interpretación que hace nuestra mente de la información que le llega. Por ejemplo, cuando observamos un video, vemos imágenes en movimiento, pero eso no es lo que sucede en realidad. Tanto ell calor como el frío dan al tacto la misma sensación de quemar.
Como mi confundida amiga Alicia, muchos hoy (millones de personas), por más que hayan recibido con toda claridad el mensaje divino de salvación, reaccionan de la misma manera: - No puede ser cierto, no lo puedo creer...
¿Cuál es la razón de tanta confusión? ¿Es tan difícil de entender el evangelio?
Tan cierto como que Dios tiene un pueblo, sus depositarios del mensaje de salvación para la humanidad; Satanás, el maestro del engaño, tiene sus agentes humanos trabajando activamente para el extravío y la perdición de los descuidados.
Debo confesar que me resistí bastante a escribir lo que sigue...
Porque creo que a todos los seres humanos se les extiende la gracia divina; que aun a los peores malvados que la historia pueda registrar, el Señor los amó y los invitó a ser salvos. Incluso creo que entre los que se oponen decididamente al evangelio, puede haber un Saulo de Tarso. (O por el contrario, hay algunos "Pedros" haciendo la obra del diablo). 
No estoy a favor de tildar ligeramente a cualquiera de adversario, apóstata o enemigo de Dios. En la iglesia están mezclados el trigo con la cizaña.
Pero también estoy seguro de que no debemos ser ingenuos y creer en la bondad universal.
NO, hay personas muy malas y peligrosas.
La Biblia lo afirma sin vueltas en textos como estos:
  • "Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne". Judas 4,19-23
  • "Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis". 1º Corintios 5:11
  • "Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe". 2ª Tesalonicenses 3:2
Justamente, los más peligrosos no son los que se encuentran fuera, sinó dentro de la iglesia de Dios. Introducidos a escondidas, sin consagración, ni amor por las almas, sin fe y sin misericordia. Eso sí, con un celo y una energía para trabajar que ojalá tuvieran todos los verdaderos hijos de Dios.
A algunos su aspecto exterior los recomienda como personas piadosas, pero por dentro destilan peligro para las almas que los siguen. Otros, por su actitud y conversación evidencian que en su vida falta la acción transformadora de la gracia, pero hacen igualmente su obra, desviando y corrompiendo la fe de muchos.
Ahora mismo hay quienes están obrando así; en lo futuro, veremos multiplicarse los engaños y la oposición interna en un grado infinitamente mayor.
¿Cómo tratar con esta clase de personas?
Recomiendo el modelo de Cristo. Él podía manejarse entre sus adversarios igual que con sus seguidores. Su cortesía y su tacto fueron insuperables. Nunca creó un conflicto, ni rechazó a sus oponentes, que lo seguían a todas partes.  
Sin embargo, no tuvo empacho en dar al pecado su nombre, pronunciar ayes sobre los rígidos fariseos, y llamarlos "hipócritas", "generación de vívoras", etc.
Tenemos dos deberes (o dos necesidades) que a veces entrarán aparentemente en conflicto el uno con el otro.
El primero es de ser luces del mundo, mostrando el mismo amor y misericordia que desbordaban el corazon de nuestro Maestro. No es facil, pero nos toca hacerlo, para que los demás puedan también ser salvos.
El segundo, igualmente difícil, es ser firmes en rechazar el error y las obras de las tinieblas, a fin de que otros no pierdan el rumbo.
Si no tenemos lo primero, nos equivocaremos en lo segundo.
Como los centinelas de la antiguedad, debemos ver con claridad para poder dar la voz de alarma. No podemos darnos el lujo de la miopía espiritual, que traiga derrota a la causa de Cristo. "A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida". Ezequiel 33:7-9
No nos dejemos extraviar por el error, ni permitamos que otros sean descarriados.
Roguemos hoy que nuestro buen Dios nos conceda el colirio celestial para distinguir la verdad del error, el oro refinado de la fe y el amor para tratar con ellos, y las albas vestiduras de su justicia para no mancharnos de su inmundicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para cuestiones particulares que requieran respuesta, por favor envíame un mail a willygrossklaus@gmail.com