lunes, 24 de agosto de 2009

PARÁBOLA LABORAL

El reino de los cielos es semejante a un Gerente que salió por la mañana a contratar empleados para su empresa. Les prometió grandes beneficios, bonificaciones especiales, vacaciones pagas y un maravilloso plan de retiro.
Habiendo convenido con ellos los detalles los envió a su empresa a trabajar y salió a realizar algunas gestiones.
Pero ellos sin hacer caso se ocuparon cada uno en sus propios asuntos...
Un buen número de ellos comenzó a faltar sin previo aviso y sin justificación.
Unos llegaban siempre tarde, cualquiera sea su horario de trabajo.
Otros entraban, firmaban la tarjeta y se dedicaban a conversar en los pasillos, dejando que el trabajo se acumulara.
Un selecto grupo se dedicaba a supervisar el trabajo ajeno y a criticarlo abiertamente (dejando también sin hacer el suyo propio).
Peor todavía, determinados empleados comenzaron a criticar duramente al dueño y a su empresa.
Los restantes aparentaban estar muy ocupados, pero procuraban realizar lo menos posible, con la mirada fija en el reloj.
Los pocos que trabajaban se encontraban recargados por la negligencia de los demás.
Muchos se preguntaban si en verdad valía la pena el trabajo que estaban haciendo.
Todos, absolutamente todos, comentaban de lo difícil que era trabajar en esa empresa y varios hacían en secreto planes de buscar otro trabajo más fácil.

Para aplicar a la iglesia:
Pregunta Nº 1: Cuando venga, pues, el Gerente, ¿qué hará con estos empleados?

Pregunta Nº 2: Si ya contestó la primera, esta es aún más importante ¿Qué deben hacer los empleados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para cuestiones particulares que requieran respuesta, por favor envíame un mail a willygrossklaus@gmail.com