hondura del vacío y en la hondura interior:
Tú en la aurora que canta y en la noche que piensa;
Tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor.
Tú en el cenit a un tiempo y en el nadir; Tú en todas
las transfiguraciones y en todo el padecer;
Tú en la capilla fúnebre y en la noche de bodas;
Tú en el beso primero y en el beso postrer.
Tú en los ojos azules y en los ojos obscuros;
Tú en la frivolidad quinceañera, y también
en las graves ternezas de los años maduros;
Tú en la más negra sima, Tú en el más alto edén.
Si la ciencia engreida no te ve, yo te veo;
si sus labios te niegan, yo te proclamaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: «Yo creo.»
¡Y con cada fe muerta se agiganta mi fe!
Amado Nervo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para cuestiones particulares que requieran respuesta, por favor envíame un mail a willygrossklaus@gmail.com