miércoles, 6 de octubre de 2010

TU ERES MUY AMADO

¡¡¡Te quiero mucho!!!
En el día del padre, el día del maestro o en mi cumpleaños suelo recibir muchos regalos. Y cada uno de esos regalos, sin importar su calidad, costo o tamaño, funciona como indicador de a quienes les importo bastante para molestarse por mi. Algunas veces incluso fui gratamente sorprendido cuando alguien no tan cercano, o algunos alumnos de años anteriores me traían algun presente.
Sin dudas, recibir muestras de cariño es algo que todos deseamos. Ya sea de nuestros familiares, amigos, alumnos o conocidos, una muestra de aprecio siempre es bienvenida. Pero, otra cosa es que nos digan que una multitud que ni siquiera conocemos nos quiere y nos admira...
El profeta Daniel, ya anciano y olvidado por las clases políticas que antaño lo reverenciaran, observaba con angustia la condición de la ciudad santa de Jerusalén y de su precioso templo. Pareciera que las promesas divinas no podrían cumplirse por la infidelidad de su pueblo. Con gran sentimiento, eleva una oración que es un modelo de intercesión, de humildad, de fe y de total confianza en la gracia de Dios.
"Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente. Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo". Daniel 9:15-19
¿Contestaría el Señor?
¿Cuál sería el mensaje que recibiría en respuesta a tan extraordinaria oración...?
Con total seguridad, las oraciones extraordinarias merecen respuestas extraordinarias:
"Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado".  Daniel 9:20-23
¡Muy amado! ¡Qué hermoso!
Él literalmente era un "hombre de deseos" (RV 1909), (expresión que se repite en el capítulo 10:11) es decir, uno cuya felicidad era muy deseada en el cielo, o bien, un hombre de que traía alegría al corazón de Dios.
Por causa de la fidelidad de su testimonio, no solo era amado; era muy amado. Fue por esta razón que su oración fue escuchada, y que Dios le envió este mensaje tan importante sobre lo por venir.
Varias lecciones se desprenden de esto:
  1. Que nuestras oraciones sinceras se oyen en el cielo "al principio de [nuestros] ruegos",  o sea, tan pronto como son ofrecidas. Entran a los oídos de Dios, y él las considera y responde en el instante. Somos tenidos en cuenta.
  2. Ángeles son comisionados para traernos la respuesta a la velocidad del pensamiento. Esta inmediatez con la que contesta demuestra la importancia que Él nos concede. Somos valiosos.
  3. Los ángeles están listos para comunicarnos la voluntad de Dios. Gabriel (el más importante de todos) vino, evidentemente, con agrado de ser el encargado de llevar buenas nuevas a Daniel. Ser mensajero es tenido entre los hombres en poca estima, pero... ¡qué buen empleo para un ángel! Seres poderosos están a nuestro servicio.
  4. Aunque Dios nos ama a todos, la manera en que respondemos a su influencia y el testimonio que damos con nuestra vida, aumenta el aprecio que los seres celestiales sienten por nosotros. Todo el cielo nos ama.
Tu y yo también somos amados por Dios, pero ¿somos muy amados? ¿De qué depende esto?
Tal como Daniel, que al comienzo de su cautiverio se propuso en su corazón ser fiel, necesitamos rendirnos de todo corazón al Señor; debemos jugarnos por el cielo y por la verdad.
Al hacerlo, y en la medida que permitimos a su Espíritu que obre en nosotros y por nosotros, reflejaremos mejor su imagen. Siendo cada vez más semejantes a él, le traemos gloria al mostrar experimentalmente la eficacia del plan de redención.
Jesús dijo: "Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente".  Lucas 15:10
Si hay gozo por los pecadores arrepentidos, ¿no lo habrá por un justo que se mantiene firme contra el mal, contra el Diablo y contra el mundo?
Piénsalo. Oleadas de gozo y alabanza recorren los coros angelicales cuando esto sucede, trayendo alegría al corazón de nuestro amante Salvador.
Este puede ser hoy nuestro caso si así lo decidimos.
Este pensamiento, ¿no debería impulsarnos a mayor consagración y a mayor fidelidad?
Sé hoy un muy amado del Señor.

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