jueves, 2 de abril de 2009

METÁFORAS DE LA CONSAGRACIÓN

De todos los escritores bíblicos del Nuevo Testamento, San Pablo es quien explica con más detalle el camino de la salvación y la santidad en Cristo.
A veces lo hace en forma directa, con casos y ejemplos concretos, pero alcanza mayores alturas cuando lo hace en forma de metáforas.
Estas figuras del lenguaje responden de manera más adecuada y profunda a la maravillosa obra de la gracia en el corazón humano. Revelan profundidades que el lenguaje llano y sencillo no es capaz de proveer, e impulsan al que lee a una reverente meditación.
Valgan como ejemplo las siete metáforas sobre la entrega (¿por qué serán siempre siete?) que el apóstol menciona en sus cartas
1 – MENTE DE CRISTO - "Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo". 1 Corintios 2:16
Tener la mente de Cristo significa pensar como él, tener sus mismas motivaciones y sus mismos propósitos, renunciar a nuestra antigua manera de pensar y "renovarnos en el espíritu de nuestra mente"
2 – VASOS - "Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria." Romanos 9:23
Un vaso existe para ser llenado, no importa si es un vaso de plástico descartable o uno lujoso de cristal tallado. Pero debe llenarse, no con cualquier cosa, sino con algo significativo. Para poder estar llenos, en primer lugar debemos vaciarnos de nosotros mismos (de nuestro orgullo y suficiencia propia) para dar cabida al Espíritu Santo
3 – CARTAS - "Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón." 2 Corintios 3:3
Las cartas no se escriben solas, necesitan un Escritor. Un cristiano que ha sido renovado en su mente y lleno de su Espíritu llevará escrito en su corazón un claro mensaje de salvación. Todos los seres humanos podrán leer en ellos el amor transformador del Salvador Jesús.
4 – PIEDRAS VIVAS - "Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo." 1 Pedro 2:5
La edificación del carácter y el crecimiento en la gracia no son cosas espontáneas o accidentales. Son el resultado inevitable de la entrega diaria, continua, de nuestro ser, que requiere junto al poder divino, nuestra voluntaria cooperación para realizarse.
5 – SIERVOS - "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna." Romanos 6:22
Un siervo no hace su propia voluntad, sino la de su amo, no se centra en sí mismo. Vive para agradarle, para servirle, para hacer su voluntad. Fue en este sentido que la virgen María dijo "he aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu Palabra"
6 – CRUCIFICADOS - "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2:20
La identificación con Jesús en su abnegación lleva a destronar a las viejas pasiones y los deseos egoístas, y entronizar al Señor en nuestro corazón. Alcanzamos así plenamente el propósito de Dios para nuestra vida.
7 – MUERTOS - "Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios." Colosenses 3:3
El paso final, imprescindible -porque nuestro viejo hombre tiene una pertinaz tendencia a renacer- es la muerte al Yo. Cuando ya no queda nada del viejo hombre, llegamos a estar muertos al pecado, y somos protegidos (escondidos) del mal y del maligno.
Porque: "Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido." 1 Juan 3:6
¡Qué altura y excelencia somos llamados a alcanzar!

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